Cuando dependemos de nuestra capacidad de memorización para avanzar en un juego de mesa, sabemos que el esfuerzo tendrá que ser un complemento fundamental. Al depender de la de los demás, la cosa cambia. Es lo que ocurre cuando va de la mano de la cooperación. Reseñamos Gizeh!
EN BUSCA DE LOS TESOROS
Gizeh! es un juego de cartas de 2 a 4 participantes, con retos de 20 minutos, recomendado a partir de los 8 años. Es una creación de Eugeni Castaño, con ilustraciones de Alba Aragón.
El autor, que cuenta con Cargolino Valentino, Ticket To Mars, Hungry Shark, Nubes y Sherlock Junior: Suriguri en el mercado, nos traslada a un pirámide en busca de los más valiosos tesoros. Ya se encuentra disponible de la mano de GDM Games, en formato de caja pequeña con componentes independientes del idioma e instrucciones en castellano, inglés, francés y alemán.
El lugar donde se desarrolla la acción está marcado por una antigua maldición. Cada una de sus cámaras presenta un reto de memorización, a superar si queremos evitar que la momia nos alcance.
GIZEH!: UNA PARTIDA
Las cartas de momia (en orden ascendente) y las de pirámide se dejan en el centro, junto al peón de explorador. Cada jugador obtiene las cuatro cartas de un personaje, colocándolas boca abajo en su zona de juego, una al lado de la otra. Cada una muestra un escarabajo de un color y un símbolo de sol o luna. Puede contener papiros.
Comienza la partida. Se revela la primera carta de pirámide, dejando el peón sobre ella. Mostrará un reto, a superar en su totalidad. Así, exigirá que todos muestren escarabajos de colores, los símbolos de sol y luna correctos o un número de pergaminos determinado.
Con la comunicación permitida, levantarán una de sus cartas de forma simultánea. Al superar la prueba, y tras tres segundos de memorización, vuelven a girar la carta mostrada. La primera carta de los descartes de la momia se coloca de nuevo en su mazo. Se toma una nueva carta de pirámide y se desplaza el peón, repitiéndose la misma mecánica.
Al cometer algún fallo, y tras tres segundos de memorización, la carta de todos pasa a la última posición. Tras haber descartado una de momia, se vuelve a intentar, y así hasta completarse o ser atrapados.
Fin de la partida
Tras superar una prueba, podremos seguir avanzando o regresar, si ya hemos encontrado los tesoros deseados. Ya no levantaremos cartas, sino que regresaremos haciendo retroceder al peón, superando nuevamente las pruebas. Los errores también implican el descarte de cartas de momia.
Al regresar al inicio, se comprueba cuántos tesoros hemos recogido (se muestran en las cartas de pirámide levantadas). Tener tres símbolos del mismo tipo implica conseguir un tesoro. El éxito será mayor se si han conseguido tres tesoros diferentes. Todos pierden al mostrarse la carta de faraón en el mazo de momia.
GIZEH!: CONCLUSIONES
Recuerdo los días previos a esta aventura. Nuestros intereses eran muy distintos, pero no le dimos demasiada importancia. Tal vez, no esperábamos realmente llegar hasta este punto, aunque fuese nuestro objetivo como tal. Fui la primera en opinar aquella noche.
A no ser que nuestra vida estuviera en peligro, quería encontrar todos los tesoros como fuera posible. Mi fiel compañero no estaba de acuerdo. Quería, simplemente, salir en los periódicos. Quizás, así, las ganancias llegasen después. Otro de nosotros temblaba sólo de imaginar la situación. Su idea era recoger un tesoro y largarse.
Con el faraón pisándonos los talones, tal vez no es buen momento para recordar esa conversación. Sin embargo, de no hacerlo, estaremos consiguiendo que la duda nos robe un valioso tiempo. ¿Arriesgamos un poco más o volvemos con lo que tenemos en los bolsillos?
Fue el tío de los periódicos el que sugirió avanzar una cámara más y, después, regresar a casa con la gloria entre los dedos. Apoyé la idea, algo de lo que me arrepentí al descubrir el desafío de la nueva cámara. No sólo fallamos una vez, sino dos veces. El faraón ya está aquí, levantando sus brazos hasta nuestros cuerpos…
Gizeh! es una excelente combinación entre memorización y riesgo, envuelta por la cooperación. Como ya vimos al probar su prototipo, las risas marcaban las partidas. Continúan en su versión final, donde se han creado completos y exigentes retos. Parten de reglas sencillas y de un camino incierto hasta la victoria.
Conseguir el éxito no sólo dependerá de nuestra capacidad de memorización, sino del riesgo que estemos dispuestos a asumir. Encontrar un tesoro ya implica reunir tres símbolos iguales en las cartas de pirámide. Si se quieren más, basta con echar cuentas para comprobar que la exploración será larga.
Conformarse con uno es la mejor solución cuando estamos a escasas cartas de que aparezca el faraón. El regreso puede ser duro, ya que haber completado una prueba con anterioridad no garantiza nada. Recordemos que las cartas habrán cambiado de posición. ¿Dónde estaba el escarabajo azul? ¿Desde cuándo esta carta no tiene dos papiros?
Si tenemos todo bajo control, podemos continuar un poco más, siguiendo la idea del chico que quería salir en los periódicos. Para ello, necesitaremos dos tesoros. Dos malditos tesoros. Arriesgarse con tres está indicado para expertos y sólo será posible tras un buen número de partidas, sacando el máximo provecho a cada avance.
Llegados a este punto, encontramos aquí el gran atractivo de Gizeh! A todo reto cooperativo se le exige un nivel alto, ya que si lo completásemos en los primeros intentos, dejaría de tener sentido. El propuesto en esta novedad no sólo es complicado, dejando con ganas de más, sino que puede moldearse a nuestro antojo.
Su rápida preparación nos permite echar una partida tras otra, movidos por ese pique y el «esta vez sí». El nivel de dificultad lo marcarán los propios jugadores, no sólo a la hora de encontrar el mejor momento para regresar a casa. Llega con la propia colocación de las cartas o con la comunicación.
Este título está abierto a todo tipo de reglas caseras. Podremos colocarnos las cartas de personaje de una forma estratégica, antes de girarlas, facilitando la tarea de la memorización. Seguir una secuencia de números o de colores es ideal para las primeras partidas, aunque debe evitarse en las siguientes.
A partir de ahí, es más que recomendable barajarlas para que no sigan un orden lógico y las partidas no sean iguales. No sólo establecemos una dificultad variable, sino que potenciamos la rejugabilidad que ya trae de serie, con la propia disposición de las cartas de pirámide.
Respecto a la comunicación, si optamos por ella todo será más sencillo. Al menos, en parte. Ante un puzle por resolver, preguntaremos unos a otros qué símbolo pueden mostrar y, a partir de ahí, nos organizaremos. Puede traducirse en un éxito absoluto o en el mayor de los fracasos, ya que el símbolo que habíamos prometido mostrar puede no estar en esa posición.
Los reproches estarán a la orden del día, acompañados de esas risas constantes. Sin importar de quien haya sido el fallo, todos colocarán su carta en la última posición, complicando la tarea de memorización de cara a las siguientes cámaras. Además, descartaremos una preciada carta de momia.
Jugar en silencio dejará más paso al azar, pero será una buena forma de seguir aprovechando el juego incluso aunque ya hayamos hecho historia varias veces al encontrar los tres tesoros. El propio nivel de los participantes será el que nos guíe hasta una opción u otra.
Gizeh! funciona muy bien a cualquier número de jugadores, aunque es frecuente que conforme aumente el número, la dificultad también lo haga. Veamos un ejemplo. La carta de pirámide nos exige sacar un determinado número de pergaminos. A dos jugadores, dependeremos de nuestra memoria y de la del compañero. A cuatro, de la nuestra y de otras tres más.
Como dicta la propia lógica, cuantos más jugadores haya, más probabilidades tendremos de equivocarnos por el hecho de haber más personas. Y no por el despiste (que también), sino porque cuando uno meta la pata, estaremos todos perdidos. A cambio, las partidas serán más divertidas.
Como juego familiar, está recomendado tanto a niños como a adultos, ajustando la dificultad y el riesgo. Los más pequeños se divertirán mientras potencian la memorización, la comunicación, la identificación de formas y el cálculo simple. Los mayores tendrán un compañero perfecto para sus encuentros, sin necesidad de que haya una mesa de por medio.
Como ya prometía su prototipo, estamos ante un juego diferente, donde se requieren grandes dosis de concentración. Es complicado cuando las carcajadas están ahí, convirtiéndose en el enemigo. Rebajan la tensión y los nervios a la hora de descartar cartas de momia, aunque la realidad acostumbrará a ser la misma: quedarnos atrapados en la pirámide para siempre.
Ocurre lo mismo con los jugadores que lo prueben. Querrán formar parte de este exigente reto durante mucho tiempo, por su facilidad para adaptarse a todo tipo de jugadores y por los momentos que es capaz de crear.
COMPONENTES DE JUEGO
- 32 Cartas de Pirámide
- 16 Cartas de Personaje
- 7 Cartas de Momia
- Meeple de Explorador
- Instrucciones (castellano, inglés, francés, alemán)
3 thoughts on “Gizeh!, el resultado final de un exigente reto”
Comments are closed.