Un trauma puede convertirse en un acontecimiento mágico. La caída de un primer diente asusta, y mucho, pero si existe una recompensa, hasta el mayor de los miedos se transforma en un esperado acontecimiento. Reseñamos Sr. Pérez, el nuevo juego de Munt Games.
UN DIENTE, UN CEPILLO, UNA LUNA Y UN NIÑO
Sr. Pérez es un juego de cartas de 2 a 4 participantes, con competiciones de 5 minutos, indicado a partir de los 4 años. Se trata de la nueva propuesta de Munt Games, editorial que ya cuenta con Hat-Trick y La Granja en el mercado.
Sus responsables recurren a una campaña de búsqueda de financiación en Verkami para la producción de su segunda edición. Si alcanza su objetivo inicial, será una realidad a principios de diciembre. Su precio es de 13 euros. Incrementando esta cantidad, pueden añadirse sus otros juegos a la recompensa.
El resultado será un título con cartas independientes del idioma e instrucciones en castellano y catalán. Su acción comienza con un niño llorando desconsoladamente. Se le ha caído un diente y sólo puede pensar en su abuelo, quien tras liberarse de su dentadura, se queda sin dientes. ¿Le pasará lo mismo a él?
El ratoncito Pérez ha decidido hacerle un regalo. Ha contactado con el hada Martina para crear regalos y entregarlos a los niños que cumplan unos requisitos. Necesitarán un diente, un cepillo, una luna y un niño…
SR. PÉREZ: UNA PARTIDA
Tras barajar el mazo, se reparten cuatro cartas a cada uno. Los regalos se dejan en el centro, al alcance de todos. El jugador de menor edad comienza la partida.
Durante su turno, cada participante pedirá una carta al de su derecha. En caso de tenerla, está obligado a entregársela, mientras que éste colocaría una de sus cartas bajo el mazo, para tener cuatro. Si no la tiene, coloca una carta debajo del mazo y roba otra.
Las cartas de ratón y de hada también se dejan bajo el mazo una vez utilizadas. Mientras que las primeras permiten pedir una carta a cualquier jugador, las segundas sirven para pedir una carta a todos. Quien la tenga, tiene que entregarla.
En el momento en que alguien reúna un diente, un cepillo de dientes, una luna y un niño del mismo color, las retira boca abajo de la partida. Obtendrá, a cambio, un regalo. Se repite la misma mecánica hasta agotarse el mazo, momento en que se jugará una última ronda. El vencedor será quien haya conseguido más regalos.
SR. PÉREZ: CONCLUSIONES
«Cepillo de dientes rojo, por favor». ¿De verdad necesita esta carta justo ahora? El chiquitín es más astuto de lo que parece. Ha visto como llevo un rato pidiendo cartas rojas y, ahora, se le ha antojado a él formar una familia de color rojo. ¡La lleva clara!
Le concedo un turno más para que se confíe y caiga en la trampa. Me pide una tercera carta roja y, para su sorpresa, ya no tengo más. «¿De verdad que no tienes la luna roja?». Su preciada carta ha ido a parar a la parte inferior del mazo, por lo que necesitará esperar unas cuantas rondas o cambiar de color.
Mientras tanto, sigo con mi estrategia. He pedido una carta de niño naranja que, casualmente, tenían. No he tardado en mandarla a la parte inferior del mazo. Como era de esperar, y al observar con sus enormes ojos la entrega exitosa, sólo ha tardado unos minutos en pedirme a ese niño naranja. No, no lo tengo. Y no, no me caes bien.
He logrado mi objetivo: hacerle perder el tiempo a mi querido compañero. Para mi desgracia, ha habido alguien que ha aprovechado todo este lío para conseguir muchísimos regalos. ¿Cuándo ha ocurrido? Prometo prestar más atención en la siguiente partida y, por supuesto, cambiarme de asiento.
Sr. Pérez es un juego de cartas pensado para los más pequeños de la casa. Su función es doble: divertir y aportar beneficios. Empezando por el primer objetivo, encontramos un reto entretenido, que parte de unas reglas muy sencillas y de una preparación de quince segundos.
Tomando como referencia la esencia de los juegos de realizar parejas, esta novedad nos propone reunir familiar de cuatro cartas del mismo color. No las conseguiremos robando una carta al de al lado (a no ser que queramos aplicar una variante casera), sino pidiendo lo que necesitamos.
Los niños no tardarán en darse cuenta de las posibilidades que esta mecánica brinda. El azar está presente al barajar el mazo, pero la estrategia también entra en escena. En una misma partida, será válidos muchos planes.
Podremos imitar las jugadas de ese compañero odioso del que hablábamos, pidiendo las cartas que creemos que está reuniendo el de al lado. Quizás no las consigamos todas, pero seguro que acabaremos fastidiando y truncando planes.
Otra posibilidad es atender únicamente a las cartas de la mano, y pedir en base a ellas. Si le aplicamos la atención y recordamos cartas, no perderemos el tiempo. No hay que obviar que, tal vez, estemos pidiendo una familia de cartas que ya no esté en juego…
Reunir una familia se traduce en la máxima satisfacción. Obtendremos un preciado regalo y nuevas cartas, con las que seguir compitiendo. Sumando alegría y nervios. Destrozando estrategias. El ratón y el hada pueden ser los perfectos aliados para la victoria, si sabemos utilizarlos en el momento adecuado.
La observación es más importante de lo que parece. Es la herramienta más eficaz y el complemento perfecto a esas cartas especiales, que nos permiten pedir una carta a un participante en concreto o a todos.
Al haber estado atentos al panorama, no desaprovecharemos sus efectos, lo que llega a convertirse en frustración pura. ¿Cómo no he podido darme cuenta de que ya nadie tiene el diente amarillo? Tal vez, no vuelva a tener oportunidad de pedirle una carta al de la izquierda.
Con todo ello, Sr. Pérez es la combinación entre factor suerte, estrategia, memorización, observación, deducción e interacción. Funciona bien a cualquier número, aunque a dos jugadores aparecen algunos cambios. Los ratones y las hadas pasan a ser comodines, perdiéndose parte de su esencia e incluso de emoción.
La fórmula a la que recurre Munt Games para su nuevo juego funcionará durante un buen número de partidas. A medida que pase el tiempo, veremos como los jugadores han evolucionado, aprendiendo de los errores anteriores y convirtiéndose en fuertes rivales. Esto ocurre sin importar la edad.
Aparece aquí el segundo objetivo de Sr. Pérez: la ayuda en el desarrollo de las habilidades. Los niños practicarán reconociendo y asociando formas y colores, a la par que se ayudan de la concentración, de la propia lógica y de la memoria.
Serán ellos mismos los que se percaten de la relación ensayo y error. Los que se vean obligados a improvisar sobre la marcha. La socialización también entra en juego, acompañada de la comunicación.
Sin embargo, su principal utilidad llega al tratar de fomentar la buena higiene bucal. Prueba de ello es como los cepillos de dientes tienen un gran peso dentro de la competición. A partir de ahí, podemos aplicar tantos usos como alcance la imaginación.
Un cepillado de dientes antes de comenzar la partida o regalos reales, a quienes cumplan una rutina y ganen la partida, son algunos de los ejemplos. Para sacar el máximo provecho, es preciso que los adultos expliquen la importancia que tiene apostar por una buena higiene o mostrar los pasos a seguir para realizar un buen cepillado.
Las ilustraciones también son capaces de potenciar la imaginación. Son muy sencillas, acordes con el juego, pero tienen los suficientes elementos como para despertar la curiosidad. Los niños ya cuentan con nombre, un primer paso para crear historias en torno a ellos. ¿Cómo ha perdido Lia su diente? ¿Por qué Roc lleva un perro de madera?
Sr. Pérez permite transformar los miedos en magia, en aquellos niños que aún no han recibido la visita del ratoncito Pérez. Podremos hablarles de él, y de su capacidad para entrar en las casas y dejar una moneda debajo de la almohada. La ilusión será enorme.
COMPONENTES DE JUEGO
- 8 Cartas de Luna
- 8 Cartas de Diente
- 8 Cartas de Cepillo de Dientes
- 8 Cartas de Niño
- 8 Cartas de Hada
- 8 Cartas de Ratón
- 10 Fichas de Regalo
- Instrucciones (castellano, catalán)
2 thoughts on “Sr. Pérez, la formación de familias en un nuevo juego de cartas”
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