No recuerdo quién tuvo la idea, pero ha pasado a ser mi mayor héroe. Por encima del batería de Blink-182. No era justo trabajar tantas horas sin un parón. Las subidas y bajadas al ascensor agotan demasiado. El caso es que alguien propuso crear una sala de descanso en la que reponer fuerzas.
Los jefes cedieron a regañadientes, pero cedieron. Y aquí está. Enormes sofás y una mesa repleta de coloridas frutas. Inspiro. Los aromas se confunden entre ellos. Un momento, ¿no huele a podrido? ¿Por qué esa fruta tiene tan mal aspecto? Reseñamos Fruits.
TRAS UNA EXITOSA CAMPAÑA EN VERKAMI
Fruits se prepara para llegar a los mecenas y a las tiendas, tras una exitosa campaña de búsqueda de financiación en Verkami. Concretamente, su lanzamiento se espera para este mes de agosto.
Estará disponible a un precio de 14,95 euros, de la mano de Sulker Games y Venatus. Lo firman Lorena Gestido y Javier Martínez, con ilustraciones de la primera.
Aunque se trata de un juego independiente, se ambienta dentro del universo de Alien 51: El ascensor. En esta ocasión, los trabajadores competirán por comer las frutas más deliciosas en la sala de descanso. Puede disfrutarse entre 2 y 6 jugadores, en partidas de 15 minutos, indicadas desde los 8 años.
FRUITS: UNA PARTIDA
Antes de empezar, repartimos un set de frutas idéntico a cada jugador. Barajan las cartas que lo componen para dejarlas, boca abajo, en su lado de la mesa. Crearán un mostrador de dos filas compuestas por cuatro cartas cada una.
La fruta aplastada se sitúa en el centro, al alcance de todos, junto al dado. El turno de cada participante consta de dos fases, a realizar en orden.
1. Lanzar el dado.
Lanza el dado y lleva a cabo la acción correspondiente al resultado. Pasa por comer un fruta del mostrador más grande o por intercambiar una fruta con otro (las mostrarán para volver a dejarlas boca abajo).
También puede implicar que todos enseñen una de sus frutas, sin mirarla, para que el jugador activo escoja una para comérsela. Con uno de los resultados, todos pondrán su mano sobre la fruta aplastada. El primero, se comerá una fruta del mostrador que quiera.
Como acción, también habrá que voltear una carta a dos jugadores (incluido él), en busca de dos iguales. Si son idénticas, se las come o elige a otro para que lo haga.
Por último, intentará adivinar la última fruta que se ha comido uno de los participantes. Si acierta, se la come u obliga a otro a comérsela. Si falla y es positiva, se queda donde está. Con un fallo siendo negativa, es él quien se la come.
Comerse una fruta implica mostrarla y conformar su mazo de frutas engullidas, boca abajo. Nunca podrá desordenarse.
2. Comer una fruta.
Tras realizar la acción correspondiente al resultado del dado, se come una fruta de su mostrador. Al comer una azul durante esta segunda fase, y sólo una vez por turno, se obtiene una acción extra.
En función del símbolo de la carta, podrá comer una del mostrador más grande o intentar adivinar la última que ha comido un rival. Pasa el dado al de la izquierda para repetirse la misma mecánica.
Fin de la partida.
La partida termina cuando alguien se queda sin frutas. Se cuentan los puntos del mazo de frutas engullidas, tanto los positivos como los negativos. El vencedor será quien sume la mayor cantidad.
FRUITS: CONCLUSIONES
Tendrías que verlo para creerlo. Ayer fue el día de la inauguración de la sala de descanso. Hacía muchos años que no sentía tantos nervios. Me sentía como un niño durante la mañana de la excursión. Creo que no he dado más la lata en casa en toda mi vida.
Quince minutos antes de esa hora de descanso ya no podía concentrarme. Me movía de un lado a otro, creyendo que así pasaría más rápido el tiempo. Tras una eternidad, me dirigí hasta el nuevo paraíso. A paso lento, para no mostrar mi impaciencia a todo el que me cruzaba.
Perdí todo el tiempo que pude. ¿Qué pensarían los compañeros si llegaba tres minutos antes de la hora? Giré el pomo y fingí mi mejor cara de indiferencia. No tardó ni dos segundos en convertirse en sorpresa. Demasiados pares de manos, garras y tentáculos se habían abalanzado hacia la fruta.
Me acerqué como pude a la mesa. De cerca, la pelea daba aún más miedo. Debí inspirar lástima en alguna de esas bestias. Tal vez por mi pequeño tamaño o por mi intento frustrado de coger algo. Me regalaron un extraño cítrico.
Segundo día. Nada podía pillarme por sorpresa. A diez minutos para iniciarse el descanso, abro la puerta. La escena se repite, aunque ahora con olor a podrido. Parece que sólo han dejado las peores frutas. Si es que pueden llamarse así.
Tras varios días, la ilusión ha dado paso a la decepción absoluta. Parece que hay que acudir varias horas antes para conseguir algo bueno. Mi jornada acaba de comenzar, pero he decidido acudir ya a la sala. Me quedo amarillo. Blanco. El jefe espera sentado. «¿Qué haces aquí, Wilfinkel?».
Quienes hayan probado los juegos de Lorena Gestido y Javier Martínez y conocido sus futuros proyectos, probablemente estén de acuerdo en que todos ellos cuentan con un sello de identidad. Comparten una serie de características y un estilo que llevan a decir, sin miedo a equivorcarse, «este juego es de Sulker».
Recurren a un estilo informal, donde una llamativa estética se une a pequeñas pinceladas de humor. Las reglas siempre son sencillas y claras, pero con un punto estratégico y con interacción. La diversión está por encima de cualquier otro objetivo.
Se acompaña de una simbología intuitiva, jugando con los números y los colores. Esta suma crea juegos únicos que, aunque no partan de ideas originales, son capaces de destacar en cualquier ludoteca para salir a mesa una y otra vez. En cualquier ocasión.
No es fácil definir una identidad, pero sus autores ya la han creado. Con Alien 51: El Ascensor en el mercado y con numerosos prototipos en desarrollo, la ilusión y el gusto por el detalle están presentes en todos. Es algo que se nota en el resultado.
Sulker no lanza juegos hasta que están pulidos y testeados al máximo, conscientes de que las prisas nunca son buenas. En Fruits no hay fallos en la ejecución. Siguiendo ese estilo, jugaremos una partida tras otra.
Su rápida preparación contribuye a que no desaparezca de la mesa en tardes enteras, ayudada de la simbología de los sets de frutas. Cuando todos hemos creado el mostrador, se inicia una intensa competición entre tentáculos.
La interacción entre jugadores resulta inmensa. Es ella la que marca la diferencia entre un ‘memory’ y un juego nuevo. La esencia del clásico está ahí, hasta el punto que miraremos cartas y las memorizaremos para tratar de lograr el éxito.
Por tanto, recordar es fundamental para alcanzar la victoria, pero no es lo único. Necesitamos aplicar la rapidez mental y la concentración, ya que podríamos tener que aplastar la fruta central en cualquier momento. Las tácticas también entran en escena, junto al riesgo.
¿Y si me como esta fruta, aunque no sea la mejor, para evitar un desastre mayor? ¿Puedo aprovechar la acción extra para robarle al rival esa deliciosa fruta que acaba de zamparse? ¿Y si me muevo por ese mostrador que está aún sin explorar?
Fruits no sólo obliga a estar atentos a nuestro mostrador, sino a todos los demás. Jugamos con la probabilidad, en base a lo que ya ha aparecido (si somos habituales de la estrategia). Nos anticipamos a lo que el dado nos tenga preparado.
El azar potencia la rejugabilidad y una duración variable, con partidas diferentes a las anteriores. Tal vez, no nos acerque la mejor jugada a cada momento, pero garantiza que todos tengan las mismas opciones de ganar. Recurre al factor sorpresa para que jamás aburra.
En torno a un mismo espacio, se reúnen niños, adultos y mayores, deseosos de reunir deliciosas frutas y de pasar las podridas a los contrincantes. El recuento de puntos pondrá el punto y final a una emoción constante, sin esperas.
Se disfruta mucho entre grandes grupos, al poder movernos por muchos mostradores. En los duelos, jugamos con dos sets cada uno, es decir, con 16 cartas. Siguen funcionando muy bien, pero los efectos siempre afectarán a los mismos, para bien o para mal. Es más sencillo llevar un control.
No menos importante es la estética, con frutas repletas de detalles. Los números y los símbolos son grandes, intuitivos y están asociados a colores. Se recuerdan e identifican sin esfuerzo, por lo que los mayores no tendrán problemas en introducirse en su mundo.
En los juegos de mesa, las continuaciones no son muy frecuentes (más allá de las expansiones). Fruits consigue que Alien 51 crezca con otro título independiente, para recordarnos como la tranquilidad jamás estará en esas peculiares oficinas. Un acierto absoluto.
COMPONENTES DE FRUITS
- 48 Cartas de Fruta
- Carta de Fruta Aplastada
- Dado de Acción
- Instrucciones (castellano)
Las fotografías se han tomado a partir de su prototipo, por lo que no corresponden al diseño final.
One thought on “Fruits, la marca Sulker en una nueva competición alienígena”
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