Petris: cuando más es menos en el sistema de mayorías

Petris

Ya habrá tiempo para buscar culpables. O quizás no, pero lo que está claro es que todos nuestros esfuerzos deben centrarse en frenar el caos. Esperabas una mañana tranquila de trabajo, pero te espera un panorama bien distinto. ¿Recuerdas las bacterias que introdujimos ayer en los discos de Petri? Pues resulta que están tan hambrientas que saltan de un recipiente a otro. Reseñamos Petris.

 

LOS PUNTOS DE CONTAMINACIÓN

Petris es un juego de mesa para 2 y 3 jugadores, con partidas de 10 minutos de duración. Indicado desde los 10 años, lleva la firma de David Bernal, quien ya cuenta con 24h en el mercado y con Tholos en camino. Las ilustraciones corren a cargo de Loïc Vaïarello.

Conocido anteriormente como Fukushima, se convertiría en el ganador en el XII Concurs Ciutat de Granollers de Creació de Jocs. Ya como Petris, y con el sello de 2Tomatoes, se financió con éxito en Verkami. El resultado es un nuevo juego de producción propia, donde la editorial vuelve a mostrar su apoyo a los autores nacionales.

Petris

Nos convierte en científicos con una tarea clara: controlar la propagación de bacterias. Están demasiado hambrientas, por lo que buscan alimento en los discos de Petri adyacentes. No es lo único: al quedarse solas, se reproducirán a pasos de gigante.

Bajo este panorama, nos sumergimos en una competición de mayorías. Al contrario de lo que suele ocurrir en estos casos, más es menos, puesto que los puntos de contaminación nos alejarán de la ansiada victoria. Se presenta en una caja cilíndrica, con auténticos discos de Petri.

 

PETRIS: UNA PARTIDA

Antes de empezar, creamos el escenario. En una partida a dos, necesitaremos siete discos, el tablero de turnos correspondiente (con la ficha en el primer espacio) y el de contaminación. Cada jugador recibe las fichas de un color (rojo a azul), conformando su reserva. Ocuparán su disco más cercano con una bacteria.

Tras situar las fichas de contaminación en su correspondiente tablero, comienza la partida. La partida tiene una duración de dos rondas, equivalentes a dos vueltas completas al tablero de turnos. En él, se indicará quién tiene el turno y qué fases completaremos. Existen tres diferentes.

1. Fase de propagación.

El jugador activo escoge un disco que tenga, al menos, una de sus bacterias. Moverá todas las que quiera a uno o más discos adyacentes. Deberá tener en cuenta que ningún disco puede tener el mismo número de bacterias de cada jugador. Por ejemplo, dos rojas y dos azules.

Tampoco podrá haber más de cinco bacterias de un mismo jugador. Es posible que, tras la propagación, un disco contenga cinco bacterias de un mismo participante. Cuando esto ocurre, se sustituyen por una ficha de sarcina del mismo color. Su valor es de cinco bacterias y ya no podrá moverse. Tampoco podrán enviarse bacterias a un disco que contenga una sarcina propia.

Si durante su turno no puede realizar esta fase, pierde la partida. También pierde, automáticamente, al tener que colocar una sarcina y no contar con más fichas de este tipo.

Petris

2. Fase de fisión binaria.

Por cada disco que contenga bacterias de un solo color, pertenecientes al mismo jugador, éste añade otra más de su reserva. Esta fase se realiza de forma simultánea entre otros. Puede desencadenar la aparición de sarcinas.

3. Fase de contaminación.

Comienza con una fase de fisión binaria. A continuación, se comprueba en qué discos hay bacterias de ambos jugadores. El que tenga mayoría de bacterias en cada disco se anota un punto de contaminación.

Fin de la partida.

Al completarse las dos rondas, se hace recuento de puntos. Gana el que tenga menos puntos de contaminación. Si en algún momento alguien avanza su ficha de contaminación al último espacio, pierde automáticamente.

Como ya hemos visto, la partida puede terminar cuando alguien no puede completar su fase de propagación o al no poder añadir una sarcina al tablero, por haber agotado todas. En estos dos casos, pierde la partida.

Petris cuenta con un modo avanzado y con competiciones a tres, donde varía el escenario inicial. Se introduce el color amarillo, el tablero de turnos correspondiente y diez discos. Si alguien completa una de las condiciones de final de partida, la victoria será para el que haya avanzado menos (de entre los otros dos participantes) en el tablero de contaminación.

 

PETRIS: CONCLUSIONES

¡Dichosas sarcinas! ¿No ves que tu intento de controlar la situación está haciendo peligrar todo? No quiero imaginar lo que pasará si arruinas el cultivo comunitario. ¿Otra sarcina más?

En momentos como estos, conviene respirar hondo y buscar el mejor plan. O, al menos, en la teoría. En la práctica, los nervios nos llevan a actuar rápido. A tomar malas decisiones. Nefastas decisiones. No podemos retroceder en el tiempo, pero sí aprovechar estos instantes a los que, después, querremos volver.

Lo mejor es que cada una se ocupe de lo suyo. Empiezo a reagrupar bacterias. ¡No veas la que lían cuando se quedan solas! Las fisiones binarias empiezan a debilitarse. Eso es bueno. Por desgracia, los niveles de contaminación están demasiado altos.

Esto es el fin. Las sarcinas empiezan a escasear. Las propagaciones más o menos controladas dan paso a la locura. No podremos aguantar así mucho más tiempo. Ni tú ni yo. Si hubieses razonado mejor, podríamos estar en otro punto.

Si mi torpeza no hubiese hecho de las suyas, los discos estarían intactos en el congelador. Podía habértelo dicho antes, pero la cara que has puesto al encontrarlo todo pegajoso no me ha animado a ello. Por descontado, no había tiempo para charlas. ¿Podemos dejarlo en que las dos hemos tenido nuestra parte de culpa?

Petris

Petris no es un juego habitual en lo que a estética respecta. Tampoco en mecánicas. Empezaremos analizando el diseño. Prescinde de una caja habitual para presentarse en un gran cilindro de cartón, con sus tapas. En el interior, encontramos auténticos discos de Petri, tableros circulares y fichas de distintos tipos.

Los discos tienen una doble función: ser el escenario de la acción y guardar las fichas de una forma ordenada (aunque nos sobren unos cuantos). No es habitual encontrar este componente, pero le sienta como anillo al dedo. Contribuye a trasladarnos al laboratorio, como un ‘plus’ a la ambientación. ¿La parte negativa? Son algo frágiles, por lo que una caída al suelo puede pagarse cara…

Tal vez, no sea sencillo buscarle un hueco en la estantería, pero si conseguimos encajarlo, tendremos un juego que no decepcionará. Parte de unas divertidas ilustraciones, con unos tonos muy particulares y una secuencia en el reverso de los tableros. Siguen la esencia de un cómic, reflejando la emoción en el caos.

Este cuidado trabajo se acompaña de una jugabilidad a la altura. Parte de una mecánica de mayorías para darle la vuelta. Menos es más. Más es menos. Así, intentaremos no ser el que tenga más fichas en cada disco. Una mayoría se traduce en un punto de contaminación. Teniendo en cuenta que quien acumule más pierde, queda claro a qué nos referimos.

Esta vuelta de tuerca al género exige de nuevos modelos de estrategia, con sus quebraderos de cabeza. En cada propagación, moveremos nuestras bacterias, siguiendo unas limitaciones que respetan la propia lógica. Intentaremos no tener más bacterias que el otro en un disco, ¿pero cómo se hace si tampoco podemos quedarnos solos?

Petris

Este dilema es el gran atractivo de Petris. No querremos mayoría, pero tampoco que nuestras bacterias sean las únicas sobre un disco, puesto que supondrá el nacimiento de nuevas. Cuantas más haya sobre el escenario, más complicado resultará mantener algo de orden, cayendo en el descontrol.

Tras una jugada aparentemente perfecta, el rival sorprenderá con su plan. Conviene anticiparse a sus tácticas, no revelar nuestras intenciones antes de tiempo y, en definitiva, acorralar. Encontraremos momentos en los que habrá que sacrificarse, jugando con el riesgo. Un pequeño esfuerzo puede dar muy buenos resultados.

El propio tablero de turnos será el recordatorio preciso de cada fase y de lo que está por venir. Al ser tremendamente intuitivo, todo nuestro trabajo puede centrarse en aprovechar el presente, con una mirada puesta hacia el futuro. Desde la primera partida no existirán dudas. Su manual contribuye a que todo fluya.

Al disfrutarlo a dos, estaremos ante un auténtico duelo estratégico. Se enamorarán de él quienes buscan tenerlo todo bajo control y experimentar con nuevas tácticas en cada turno. Los alérgicos al azar. Los que adoran la interacción, truncando planes.

El inicio de las partidas siempre seguirá la misma estructura, pero eso no implica que no se pueda variar la estrategia. Un simple cambio en una fase de propagación hará que todo sea distinto. Lo que en un encuentro no nos preocupaba, en otro nos traerá de cabeza. ¿Desde cuando puedo permitirme perder por no tener más sarcinas?

Petris anima a buscar el punto débil del oponente para trazar el mejor camino. Puede ser que un bloqueo resulte la mejor opción. El juego del gato y del ratón brillará en algunas ocasiones, en una persecución constante. Invita a tirar la casa por la ventana cuando creamos que lo tenemos todo perdido, ya que nunca será tarde. Sus diferentes condiciones de final de partida ayudan a resurgir de las cenizas, aunque llevemos 30.061.981 puntos de contaminación.

juegos de mesa ciencia

En su variante avanzada, las cosas se complican (todavía más). Por si no tuviésemos suficiente con atender a mil variantes, en busca del equilibrio, en ella crecerán los puntos de contaminación. Obligan a visualizar estrategias más eficaces sobre el campo de batalla, improvisando sobre la marcha, a menos que queramos una derrota fulminante.

A dos jugadores es emoción pura. Estamos ante uno de esos juegos que, como los grandes clásicos hacían, es capaz de sentarnos frente a frente, mirándonos a los ojos. Genera duelos donde los pequeños despistes duelen demasiado. Retos que quieren volver a jugarse para (esta vez sí) hundir al oponente, sin excusas derivadas de la falta de suerte.

Sus reglas son tan sencillas que no precisan de experiencia previa en los juegos de mesa. Sin embargo, los habituales tendrán cierta ventaja sobre los novatos. Se convertirán en maestros de los que aprender, derrochando rapidez mental y decisiones inteligentes. Toda acción tiene sus consecuencias, siendo un ejemplo práctico de la relación causa-efecto.

Incorpora los componentes para un tercer jugador. Salvo algunas pequeñas variaciones, las reglas son las mismas. Pelearemos por las minorías y por huir de la soledad con un tercer implicado. Llenará la mesa de color, a la vez que traerá nuevas jugadas. Los empates siguen estando prohibidos en la propagación, algo que deberemos tener más interiorizado.

En definitiva, estamos ante un título para quienes buscan desafíos frescos, en todos los sentidos. Constituye un apoyo de 2Tomatoes a los creadores españoles, demostrando que tienen el talento suficiente para competir en igualdad de condiciones con las licencias. No se limita a ofrecer una publicación habitual, sino que le concede la calidad que merece.

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La editorial apuesta por unas reglas en castellano, inglés, francés y alemán, como forma de exportar esta original idea a diferentes rincones del mundo. Los jugadores se dejarán sorprender por las grandes posibilidades que presenta, tirando de observación y de concentración, mientras se introducen en términos como «cultivos» o «sarcinas».

La ciencia nunca está de más en ningún ámbito y en los juegos de mesa no podía ser menos, a pesar de no ser la temática que más abunda. Petris muestra la labor de los científicos. Aunque recurra al humor, puede servir para que adolescentes descubran el fascinante trabajo en un laboratorio. Para que los adultos seamos conscientes del peligro a la hora de acordarnos de la ciencia únicamente cuando nos interesa.

 

COMPONENTES DE PETRIS

  • 60 Fichas de Bacteria
  • 9 Fichas de Sarcina
  • 3 Fichas de Contaminación
  • Ficha de Marcador de Turno
  • 10 Discos de Petri
  • 2 Tableros de Turnos
  • Tablero de Contaminación
  • Instrucciones (castellano, inglés, francés, alemán)