JUSTICE, la construcción de historias en la defensa de mi verdad

JUSTICE

«Príncipe Albert Victor, queda declarado culpable por el asesinato de cinco mujeres». Lo hemos conseguido. Hemos dado con la identidad de Jack el Destripador y, lo más importante, el tribunal le ha condenado. Ya no habrá más asesinatos atroces en Whitechapel. Al menos, a manos de este monstruo.

Tal vez, la historia algún día nos agradezca nuestro exhaustivo trabajo de investigación. ¿Te imaginas que jamás se hubiesen resuelto los crímenes de este asesino en serie? La pesadilla ha terminado, pero es inevitable que el juicio venga a mi mente una y otra vez. Y pensar que podría haberse ido de rositas… Así es JUSTICE, nueva serie de juegos narrativos.

 

LAS DOS PRIMERAS CAJAS

GDM Games ya tiene nueva serie de juegos de producción propia en el mercado: JUSTICE. Como ya ocurriera con Sherlock y con Instacrime, la investigación y la deducción son dos de las señas de identidad en esta novedad, iniciada con Conan Doyle y Jack the Ripper.

JUSTICE reseña

Estamos ante dos cajas independientes, a disfrutar entre 3 y 8 jugadores, desde los 8 años. Las partidas tienen una duración de 60 minutos. Ambas son obra de Pak Gallego, con Amelia Sales como ilustradora. JUSTICE – Conan Doyle tiene a Josep Izquierdo y a Martí Lucas (padres de Sherlock) como guionistas; JUSTICE – Jack the Ripper a Sergi Piñol.

Son dos casos diferentes en cuanto a temática, pero con una misma mecánica. Los participantes se dividen en defensor, fiscal y tribunal. Los dos primeros realizarán intervenciones (con sus correspondientes protestas), intentando convencer al tribunal de que el acusado es inocente o culpable.

 

JUSTICE: UNA PARTIDA

Antes de empezar, separamos las cartas por tipos. Dejamos las de personaje en el centro de la mesa. Elegimos a uno de ellos. Será el acusado, añadiéndole su correspondiente carta de acusación.

Un jugador ejercerá de defensor y otro de fiscal. Cada uno recibe su correspondiente mazo. Los demás participantes formarán parte del tribunal. La partida se estructura en cinco fases, a ejecutar en orden.

JUSTICE reseña

1. Interrogatorio

Leemos en voz alta la carta de acusación. Cada abogado toma ocho de sus cartas y las consulta en secreto. La fase tiene una duración de 10 minutos.

2. Juicio oral

La fase comienza con una ronda de Motivo para continuar con Medio y terminar con Oportunidad. Cada una consta de cuatro minutos por abogado y están representadas en las propias cartas. El fiscal empieza.

No podremos hablar durante la intervención del oponente, aunque disponemos de dos protestas por partida. Al grito de «¡protesto!», el rival mostrará una carta que sustente sus afirmaciones. Si no dispone de ella, tendrá que cambiar de tema.

Tras cada intervención, habrá un turno de preguntas (una por miembro del tribunal). Los abogados deberán contestar a todas, aunque no dispongan de información. Tanto en las intervenciones como en las preguntas, no se limitarán a las cartas. Podrán ampliar la información y, por supuesto, inventar. Eso sí, de forma creíble.

3. Alegato final

Sin opciones de interrumpir ni de protestar, cada abogado dispondrá de tres minutos para realizar su alegato final.

4. Deliberación

El tribunal decidirá si el acusado es inocente o culpable. Podrá pedir una carta a cada abogado para comprobar la autenticidad de un argumento. Los abogados ya no hablarán e incluso podrán salir de la habitación. El tribunal comunicará su decisión.

5. Resolución final

Valorando el trabajo de los abogados, el tribunal determinará quién gana. Se tendrán en cuenta tanto la narración como la forma de salir del paso a las protestas o preguntas.

Sumamos los símbolos de las ocho cartas del fiscal y de las ocho del defensor utilizadas. El acusado es culpable si su símbolo es el que aparece más veces o está empatado con otro. Si la resolución del tribunal coincide, es el tribunal quien se lleva la victoria.

JUSTICE reseña

Conan Doyle

Bertram Fletcher Robinson es encontrado sin vida en su domicilio a la edad de 36 años, un 21 de enero de 1907. Aunque los síntomas encajan con unas fiebres tifoideas y con una peritonitis, se cree que pudo haber sido envenenado.

¿Alguien querría acabar con el periodista y escritor del Daily Express? Para dar con la respuesta, es preciso investigar los acontecimientos previos al fallecimiento. Por lo pronto, Scotland Yard reduce la investigación a tres personas. Gladis Hill Morris, George Newnes y el propio Arthur Conan Doyle podrían sentarse en el banquillo de la acusación.

Jack the Ripper

1888. El barrio londinense de Whitechapel es testigo del asesinato de cinco mujeres. Entre finales de agosto y principios de noviembre, Jack el Destripador acabó con la vida de cinco prostitutas, cuyos cuerpos fueron encontrados mutilados y con órganos extirpados.

Scotland Yard ha reducido la investigación a cuatro sospechosos: Príncipe Albert Victor, Francis Tumblety, Aaron Kosminski y James Kelly. Todos ellos parecen tener relación directa con los crímenes y, tal vez, motivos para llevarlos a cabo.

 

JUSTICE: CONCLUSIONES

No todos los días se consigue que un príncipe se siente en el banquillo de la acusación. Que el príncipe Albert Victor fuese el acusado ya era un logro, y de los grandes, pero el trabajo duro no había hecho más que empezar.

¿Podría decirse que durante el juicio contó con el mejor abogado del país? Probablemente. Para él, un asesino en serie habría alardeado de sus crímenes una y otra vez. Además, nuestro acusado se encontraba en Escocia en el momento en el que se produjeron dos de los crímenes. O ésa era la versión oficial.

Tenía coartada, sí, pero muchas de las pruebas aportadas hablaban por sí solas. Sabemos que fue visto cerca de un burdel durante las fechas que sucedieron a los crímenes. Que era muy cruel al despellejar sus piezas de caza. Que habría cierta extorsión detrás, por parte de un grupo de prostitutas, al dejar embarazada a una de ellas.

juegos de mesa narrativos

El que fuera un visitante frecuente de los prostíbulos contrajo la sífilis. Y ya se sabe, uno de los síntomas es la violencia y la agresividad, así como el odio irracional hacia la fuente de contagio. El odio hacia las mujeres estaba ahí. Un «¡protesto!» me paralizó. Por suerte, contaba con varios tratados de medicina que así lo corroboraban.

Según el informe pericial, las heridas fueron realizadas con un cuchillo similar a los de cortar cuero. Un cazador en ciernes, que trabaja con sus propios animales, tendría unos amplios conocimientos en medicina. ¿Y qué me dicen del cuadro El dormitorio de Jack, pintado por Walter Sickert? Recordemos que es íntimo de Albert Victor. Sólo un amigo cercano al asesino podría haber visto su dormitorio.

Es importante señalar que el pañuelo encontrado cerca de la escena del crimen, utilizado para limpiar el arma de sangre, era de seda. Únicamente al alcance de un príncipe. Terminé mi discurso presentando informes policiales, alegando que las coartadas no podían ser contrastadas con total seguridad.

Sabemos que la realeza tiene sus injustos privilegios. Que si ya de por sí es complicado meter entre rejas a un rico, a un príncipe más todavía. Los minutos de deliberación se convirtieron en horas. Fueron los momentos más largos de toda mi vida. Manos sudadas. Tranquilízate, todo irá bien.

El resultado ya lo conoces. El Albert Victor fue declarado culpable de los asesinatos. Jack el Destripador me miraba fijamente en el momento de anunciarse el veredicto. Era consciente de que su vida iba a cambiar. De que los libros de historia contarían lo sucedido. Sus ojos brillaban. Seguía sonriendo. Una sonrisa helada. Suficiente para replantearme todo. ¿Y si nos hemos equivocado? ¿Y si mis ansias por ganar me han impedido ver que, todo lo que no encajaba, era por algo?

JUSTICE

JUSTICE nace con dos cajas muy atractivas, a medio camino entre realidad y ficción. Presentadas en pequeño tamaño, repasan los acontecimientos en torno a la importante obra El sabueso de los Baskerville y a la figura de Jack el Destripador. De hecho, nos introducen en ellos, con el poder de acusar al culpable. De defender al inocente. De acusar al inocente. De defender al culpable.

En algunas clases de instituto era habitual dividirnos en grupos de debate. Unos adoptaríamos posturas a favor de un tema. Otros en contra. Era la forma de practicar con la empatía, defendiendo posiciones que, quizás, eran contrarias a nuestras ideas. De razonar desde fuera de nuestra zona de confort. De abrir la mente.

Esta nueva serie de juegos recuerda a aquellos años. A aquellos interesantes debates. Con juicio de por medio, nos tocará defender al acusado o mostrar que es culpable. No importa lo que creamos, recrearemos nuestro papel para convencer al tribunal.

Las cartas son una detallada guía de por donde tirar. Están llenas de documentos, de importantes pistas y de declaraciones para realizar nuestro trabajo. ¿Lo mejor? Se estructuran en colores, de tal forma que reflejen las rondas en las que recurrir a ellas. Son un camino sin pérdida. El tiempo para analizarlas es clave en el desenlace. Para no incriminar, sin querer, a otros sospechosos. Hasta esas cursivas podrían servir como apoyo…

Sin embargo, no lo son todo. Nos enseñan a trazar nuestro discurso, pero la labia y la imaginación harán el resto. De hecho, está más que permitido inventar. No implica irse por las ramas, sino profundizar en un determinado tema. Si tiene sentido lo que decimos y apostamos por la convicción, nuestro argumento no se rebatirá.

jack el destripador

Aquí, los expertos en juegos narrativos tienen cierta ventaja. Expondrán como nadie su verdad. Se meterán tanto en el juego que defenderán con uñas y dientes sus argumentos. Así, es recomendable que sean ellos quienes se pongan en la piel de defensor y fiscal durante los primeros encuentros. Para un novato, hablar cuatro minutos seguidos puede resultar un mundo.

Probablemente, estemos ante los dos papeles más complicados del juego. Tendrán unos tiempos a los que ceñirse y la necesidad de improvisar sobre la marcha. Despistarán, obligando al contrario a gastar sus valiosas protestas, para, después, ir por libre. Deberán tenerlo todo muy claro. Un pequeño fallo, por insignificante que sea, puede desmontar teorías enteras.

El tribunal lo tiene algo más fácil, pero no está exento de responsabilidad. De sus miembros dependerá esa búsqueda de fallos. La atención y la concentración resultan vitales para localizar esos errores de cálculo. Ese pie que cojea. Realizarán interesantes preguntas en torno a ello.

Es, por así decirlo, el moderador de un debate. Una de sus partes más exigentes es la de permanecer imparcial, tan complicado en el juego como en la vida real. La objetividad debe reinar en toda la partida, aunque un abogado lo esté haciendo mejor que otro. Sólo así podrán obtenerse unos resultados favorables.

Si sólo hay un miembro del tribunal (en una partida a 3 jugadores), no tendrá que compartir opiniones con compañeros. Toda la responsabilidad será suya. La responsabilidad de poner cara a Jack el Destripador, ni más ni menos.

Como más se disfruta es cuando ese número crece. Lo mejor es pedir a los abogados que salgan de la habitación para decidir qué hacer. Unos no se estorban a otros, ya que todos pueden aportar su punto de vista. La tensión y los nervios cuando los abogados regresan son dignos de mención.

jack el destripador

Una de las grandes preguntas que surge cuando vemos JUSTICE en una tienda es si la rejugabilidad está contenida dentro de la caja. La respuesta es sí, como ya supimos al probar el prototipo. Sherlock e Instacrime, las otras series de investigación y deducción de GDM Games, sólo podían disfrutarse una vez por grupo. Es algo que cambia en la nueva.

No es que vayamos a sacarlos a mesas todos y cada uno de los días del año, pero tendrán más de un par de partidas. En primer lugar, porque el acusado cambia. En Conan Doyle, tendremos tres sospechosos. En Jack the Ripper, cuatro. Combinar a un nuevo acusado con otra disposición de cartas para los abogados proporciona conclusiones muy distintas unas de otras.

Por otro lado, está el sistema de símbolos. Los personajes comparten símbolos con las cartas de los abogados. La suma de símbolos será la que nos indique si el acusado es culpable o no. Podemos olernos algo, pero no tendremos el resultado completo hasta que no juntemos todas las cartas.

En una primera partida, se recomienda que el fiscal elija cartas con el símbolo del acusado y que el defensor tome las que no lo tengan. Es una manera de familiarizarse con el juego sin arruinar la experiencia. Renunciaremos a la emoción en la suma de símbolos, pero tendremos un primer trabajo de recolección de pruebas ya realizado.

Todo ello demuestra como JUSTICE se apoya en la lógica, acompañada de un exhaustivo trabajo. Los argumentos y la simbología van de la mano, de tal forma que una carta pueda servir para trazar una ruta u otra. Para el acusado de turno o para el de mañana.

jack el destripador

Como hemos visto, sus dos primeras temáticas resultan todo un acierto. Fusionadas por el siempre impecable dibujo de Amelia Sales, con personajes cargando oscuros secretos, invitan a construir historias fascinantes que conceden el mérito a los jugadores. A engañar para contar la verdad. A gestionar las protestas para que no pasen desapercibidas. Tan importante es huir de las trampas, y no gastarlas al principio, como utilizarlas para no llegar al final con ellas.

Cada detalle tiene su importancia, desde elegir a un vocal del tribunal para resolver empates o hasta la posibilidad de utilizar Internet para contrastar informaciones. Ayuda a conseguir la inmersión máxima, codeándonos con amantes, envenenamientos y trapos sucios en general.

JUSTICE – Conan Doyle cuenta con dos guionistas de lujo, las mentes detrás de Sherlock. Sin ir más lejos, el de JUSTICE – Jack the Ripper también ha participado en la colección. Es un privilegio que deberán tener en cuenta los amantes de estos juegos de bolsillo.

Por suerte, no se pisan. Sherlock es deducción pura, jugando con los descartes. Instacrime es observación máxima por el detalle a la hora de reconstruir los hechos. JUSTICE es narración, a partir de unas pautas, interpretando nuestro papel. También hay investigación, al intentar comprender todas las pistas y encajarlas, pero interpretada de una forma diferente. A lo Ace Attorney. ¿Servirá para que continúen recreándose juicios en juegos de mesa?

 

JUSTICE – CONAN DOYLE: COMPONENTES

  • 16 Cartas de Defensor
  • 16 Cartas de Fiscal
  • 6 Cartas de Personaje
  • 3 Cartas de Acusado
  • Instrucciones (castellano)

JUSTICE – JACK THE RIPPER: COMPONENTES

  • 15 Cartas de Defensor
  • 15 Cartas de Fiscal
  • 8 Cartas de Personaje
  • 4 Cartas de Acusado
  • Instrucciones (castellano)