Año 231 d.T. (después de la destrucción de la Tierra). No sé si mi comunicador sigue operativo para registrar grabaciones, pero debo intentarlo. Aquí nº 18, del escuadrón Meta. Si alguien llega a oír esta grabación significa que yo también he sido presa de esa horrible criatura. Nunca debimos entrar en la Adaptoid 24.
Tras concluir nuestra misión en la estación espacial Port Izipía, nos disponíamos a volver al cuartel general. De pronto, nos encontramos con una gran nave viajando a baja velocidad, con importantes daños estructurales. El capitán decidió prestarles ayuda. Así comenzó este infierno.
Igualamos la velocidad de desplazamiento para realizar un acoplamiento de emergencia. Encontramos el único destino posible en una de las bahías de acoplamiento laterales. El resto no parecían estar operativas.
Mientras nos disponíamos a hacer la maniobra, me percaté de que la cápsulas de evacuación habían sido utilizadas, o presentaban importantes daños, aunque parecía que una podría seguir operativa. Mis conocimientos sobre este modelo de nave respaldaban mi teoría.
Una situación de emergencia
Según se abrió la compuerta, el ruido ensordecedor de las alarmas inundó nuestra nave. En ella sólo quedaron el piloto y dos científicos, acompañados de nº1 y nº28, las dos ovejas negras del escuadrón. El resto, equipados hasta los dientes, nos dispusimos a entrar con extrema cautela.
A pesar del ensordecedor ruido, todo parecía estar tranquilo en la zona de acceso, así que para intentar estar allí el menor tiempo posible decidimos dividirnos. Sabíamos que era un milagro que esa nave siguiera de una pieza, y preferíamos no seguir en ella cuando ocurriera lo peor. Aunque quizá si hubiéramos ido todos juntos, la situación sería distinta.
Tan pronto como entramos al comedor, una feroz sacudida recorrió la maltrecha nave. Cuando respiramos aliviados porque ese temblor no hubiera significado nuestro fin, fuimos emboscados por unos extraños seres. Los antiguos inquilinos de esta nave de los horrores los llamaban «adaptoides«, aunque eso lo descubriría más tarde.
Entre los intermitentes destellos de tonos cálidos, originados por las luces de las ensordecedoras alarmas, comenzó la batalla. Nuestro equipo estaba formado por ocho integrantes. En cuestión de segundos, tan solo quedábamos tres… Algunos de ellos no eran rivales para nuestro armamento, pero otros nos sorprendieron, mostrándose considerablemente más resistentes.
Nos vimos forzados a huir hacia la zona de proa, y para ponerlo todavía más interesante, el miedo nos impidió cerrar la puerta. Corrimos sin mirar atrás por un largo pasillo, hasta llegar a una sala. Para nuestra sorpresa lo que nos esperaba allí era aún peor.
Una espantosa figura de proporciones monstruosas y abominable aspecto se abalanzaba contra nº6. Era el más rápido del escuadrón. Decían que sólo unos pocos afortunados habían sido capaz de seguirle el ritmo. No tuvo ninguna oportunidad. Esa grotesca figura no entendía de pistoletazos de salida. Acabó con su brillante carrera sin darnos tiempo para reaccionar, dejándome a solas con nº23.
Por suerte, con su último aliento, nº6 nos dio una oportunidad. Activó el dron de equipo y éste consiguió acabar con la terrorífica criatura y con decenas de perseguidores. Corrí hacia la puerta de la nueva sala y la cerré.
El misterioso experimento 24
Por el momento, parecíamos estar a salvo. Fue ahí cuando me percaté de que había una escotilla. Me dispuse a intentar ver el estado de nuestra nave. Parte de la bahía de acoplamiento aún permanecía unida a esta nave, pero del resto no quedaba nada. Quizá eso fue lo que provocó la anterior sacudida. Por un momento miré a nº23 con la mirada perdida, sin esperanza alguna.
Pero de pronto lo recordé, ¡la cápsula de evacuación! Caímos en que era muy probable que fuéramos los únicos que quedáramos con vida. Pero no debíamos perder la esperanza o acabaríamos como los demás.
Comenzamos a gestar un elaborado plan. Nada podía fallar. Ambos teníamos que salir de allí con vida. Vinculamos nuestros trajes al sistema de la nave y, mientras, nº23 accedía a la unidad estructural para trazar la mejor ruta de huida evitando las zonas más comprometidas. Yo estuve investigando que podía haber ocurrido en ese lugar.
Conseguí encontrar información sobre la nave. Su nombre era Adaptoid 24. Lo recibía por el experimento que estaban desarrollando en ella, el experimento 24. De él nacieron esos nefastos seres, los adaptoides. Y lo peor de todo: lo del comedor sólo eran crías.
¿Pero cuántos de ellos habría? Aparte de esa incógnita, casi no nos quedaba munición y nº23 ya no tenía escudo. Teníamos que ir con sumo cuidado. Un paso en falso sería fatal.
Decidimos apagar las alarmas para poder comunicarnos, e intentar oír a tiempo cuando esas criaturas comenzaran su próximo ataque. Avanzamos con cautela hasta el comedor, sin encontrarnos con ninguna de ellas. Una vez nos dispusimos a entrar, ocurrió lo peor.
Una familia hasta el final
Al principio parecía una sala tranquila, pero de pronto un ser prácticamente idéntico al de la sala anterior hizo acto de presencia, cerrándonos el camino por el que habíamos venido. Ambos vaciamos la poca munición que nos quedaba sobre el terrible resultado del experimento, pero fue en vano.
Sin dudarlo ni un segundo, se abalanzó sobre mí. En ese momento disparé mi última carga del táser directa a su cabeza. El terrorífico ser se vio brevemente frenado por el último impacto, aunque no fue suficiente. Tras un feroz alarido, lanzó una nueva ofensiva impulsado por una rabia explosiva.
El tiempo se ralentizó. Las formas de mi entorno comenzaron a transformarse en sombras retorciéndose, dando paso a una espiral. En su centro, la terrible criatura estaba cada vez más cerca de su insignificante objetivo.
¿Qué es esto? Sólo veo oscuridad. No duele. Casi diría que es lo más cálido y agradable que he sentido en mucho tiempo… Un acto reflejo me lleva a tocar mis labios buscando ese calor. ¿Y ahora? ¿Qué es esto? Noto como algo recorre mis mejillas para, finalmente, desembocar en mi barbilla. De pronto, como quien despierta de un mágico sueño, volví a tomar el control de mi cuerpo.
La cara de nº23 se encontraba a escasos centímetros de la mía. Su casco estaba seriamente dañado. Podía verle la cara con claridad. Sentí algo indescriptible. Se le veía increíblemente feliz, pero de sus ojos brotaban lágrimas desconsoladas. Sus labios articularon dos mágicas palabras que recorrieron todo mi ser.
Estaba aturdida por la inédita situación, mientras dudaba de si ambos estábamos muertos. Y de si eso sería tan terrible… Nº23 comenzó a elevarse para, instantes después, salir disparado hacia la puerta por la que momentos antes habíamos entrado.
Me derrumbé. Era como si no estuviera ahí… Como si presenciara una espantosa escena de una película de terror. Veía como esa cosa se acercaba. Como se disponía a terminar conmigo. Con la oportunidad que nº23 me había dado, logré volver a mi cuerpo, pero era demasiado tarde. No había manera de esquivar ese ataque a tan corta distancia.
En ese instante, una sombra se interpuso entre nosotros, recibiendo de nuevo el golpe por mí. Era nº30, famoso por volver siempre con éxito de sus misiones. Se lanzó frente al monstruo con su puño por delante, al grito de «¡he vuelto, nº18, corre y no mires atrás!»
A pesar de su energía, el monstruo ganó el encuentro sin mucho esfuerzo, arrojando el cuerpo de nº30 a mis pies. En su mano llevaba dos cargadores del táser. Me apresuré a recogerlos e intentar recargar para acabar con la maldita criatura.
De pronto, alguien me empujó en dirección a la puerta, lanzándose al ataque con todo lo que le quedaba. Era nº4, experto en volver de la muerte en innumerables ocasiones. Algunos decían que se trataba de verdadera magia. Otros, que parecía ser capaz de volver atrás en el tiempo. Desde luego, siempre fue una persona bastante reservada y misteriosa.
Durante unos instantes, presencié de lo que era capaz. Consiguió que la criatura cayese a base de fuerza bruta. Recibió golpes directos que tiñeron todo de color rojo intenso, y aún así, seguía moviéndose con una gran destreza. Realmente parecía que era posible.
Me dispuse a cargar para disparar, pero una mano me agarró el pie. Se trataba de nº23 con su último aliento tratando de ponerse nuevamente en pie. «Debes marcharte… ¡Tienes que sobrevivir!»
Sin dejar a nº23 terminar la frase, un grito desgarrador envolvió la sala. Apenas logré ver por un instante como salían repartidos los restos de nº4, mientras la criatura se abría paso velozmente hacia mi. Parece que esta aventura también pondría punto y final a ese eterno baile con la muerte del que tantas veces salió airoso.
Sin darme tiempo a reaccionar, nº23 tiró fuerte de mí hacia el pasillo, plantándose de pie en la puerta, mientras la compuerta comenzaba a cerrarse. Por la mampara, presencié su sonrisa satisfecha, mientras la criatura lo atravesaba de arriba a abajo con una gran garra carmesí.
El despiadado ser rugía furioso, propinando brutales golpes contra la puerta. Por suerte para mí, parecía que en su estado actual no era capaz de derribar la puerta. Mis lágrimas, que no dejaban de caer a borbotones, nublaban mi camino de vuelta a la zona de proa. A nuestra sala… la única que aún parecía segura.
Todos habían muerto para salvarme. Realmente dieron su vida por mí. Pudieron intentar escapar. Seguro que hubieran tenido más posibilidades.
A veces nos perdemos añorando a nuestros seres queridos tanto que no nos permitimos disfrutar de todos los que tenemos delante. Si consigo salir de aquí con vida jamás os olvidaré, familia. ¿Qué digo? ¡Debo salir con vida de la Adaptoid 24!
Así es como llegué a esta situación. Lamentarse es inútil, no puedo fallar. El miedo intenta apoderarse de mí. Noto como recorre cada centímetro de mi cuerpo, erizándome el vello a su paso. Por suerte, mi corazón late al son de mi escuadrón. Al son de mi familia… ¡Lo haré por vosotros!
¡PONGÁMONOS EN PIE Y QUÉ COMIENCE LA PERSECUCIÓN!
Adaptoid 24 es un intenso juego de cartas para 2 participantes, recomendado a partir de los 10 años. Nos invita a sumergirnos en una tétrica ambientación espacial, con retos de aproximadamente 20 minutos de duración.
Nos veremos envueltos en tensión pura, pudiendo llegar a sentir durante la partida que hay segundos que parecen horas. Al finalizar, no podremos evitar echar una revancha, ¿o quizás convenga cambiar los roles? El caso es que siempre dejará con ganas de más.
Gestado por un muy inspirado Pedro Berenguel Nieto e ilustrado por Amelia Sales, es fruto del buen ojo de GDM Group. Tanto es así que se ha hecho un hueco entre nuestra lista de los 10 mejores juegos de mesa de 2023. Publicado en mayo del pasado año, su precio es inferior a 10 euros, una cantidad realmente simbólica para lo que ofrece.
Este juego asimétrico hará las delicias tanto de los más jóvenes (dentro de la edad recomendada), como de los más mayores. Se presenta como gran versión del juego del escondite, que muchos considerarán un Not Alone para 2 jugadores. Sin embargo, es mucho más que eso.
Resulta innegable que guarda muchas semejanzas, pero llevándoselo a su terreno. Todo fluye, se vuelve más dinámico y realmente se siente como algo distinto. Funciona muy bien, y lo hace a su manera. Es simplemente Adaptoid 24, otra gran reinvención a tener en cuenta dentro del subgénero. Y un auténtico regalo para los amantes de los desafíos en pareja.
JUGANDO UNA PARTIDA A ADAPTOID 24
Antes de comenzar la cacería, deberemos elegir bando y realizar una sencilla preparación. Los jugadores deben sentarse el uno frente al otro, evitando miradas indiscretas a la mano del otro, centrándose únicamente en la deducción.
El adaptoide deberá coger ocho cartas de sala que compondrán su mano. También barajará por separado las quince cartas de evolución, distribuidas en tres montones de cinco cartas cada uno. Cada pila se representa con un color distinto en el dorso. En cada una, encontraremos diferentes formas de evolucionar.
El montón naranja se compone de cartas de evolución defensivas; el verde ofrece evoluciones reproductivas. Por último, el morado lo conforman las cartas de evolución ofensivas. Para terminar la preparación del adaptoide, creamos un mazo con las doce cartas de cría.
Por otra parte, el genetista tomará sus ocho cartas de sala para la mano. Dejará en su zona una carta de personaje, eligiendo entre masculino o femenino, con el escudo cargado. También, tres cartas de táser, dos cargados y uno descargado, y una carta de dron descargado. Frente a nosotros, debemos tener suficiente espacio para situar seis cartas de sala, correspondientes a los seis turnos de cada fase.
Empieza Adaptoid 24
En Adaptoid 24, el objetivo del adaptoide es capturar al genetista. El genetista deberá escapar de las instalaciones con vida. Jugaremos durante dos fases de seis turnos cada una.
En cada turno, genetista y adaptoide deberán escoger una carta de sala de su mano y colocarla siguiendo el orden indicado en la preparación, de izquierda a derecha. Cuando ambos hayan decidido qué carta utilizar, se revelan a la vez. Comprobamos si se produce uno de los siguientes encuentros:
- Genetista y adaptoide han jugado la misma carta. El adaptoide comenzará la partida con un punto de resistencia.
- El genetista ha bajado una carta que ya había jugado anteriormente el adaptoide y hay crías en la sala. Revela las cartas de cría.
Si hay encuentro, el genetista tendrá que usar suficientes cartas cargadas para igualar los puntos de resistencia del adaptoide y superar el encuentro. Luego, deberá dar la vuelta a las cartas usadas. Si el genetista no supera el encuentro, es capturado. El adaptoide gana la partida.
Por otro lado, si no han jugado la misma carta de sala:
- El adaptoide coloca las dos primeras cartas de su mazo de crías boca abajo y sin mirarlas en una o en dos salas a su elección (de las que ya haya jugado). Después, revela la carta superior de uno de los mazos de evolución y aplica su efecto.
- El genetista activa la habilidad de la sala, a menos que haya usado el escudo para escapar de un encuentro o haya sido capturado.
Una vez realizado todo lo anterior, se jugará un nuevo turno colocando las nuevas cartas de sala elegidas a la derecha de las ya jugadas el turno anterior.
Al terminar el sexto turno, cada participante recupera todas sus cartas de sala. El adaptoide además, devuelve todas las crías al mazo y las baraja. Si el adaptoide no ha cazado al genetista tras el sexto turno de la segunda fase, el genetista escapa y gana la partida a Adaptoid 24.
El genetista: las acciones de sala y las cartas de equipo
Las cartas de sala esconderán, como premio, las siguientes habilidades:
- El almacén: Voltea hasta dos cartas de táser mostrando su cara cargada.
- I+D: Voltea la carta de personaje mostrando la cara con el escudo cargado.
- Sala de control: El adaptoide deberá jugar su siguiente carta de sala boca arriba antes de que el genetista lo haga.
- Instalación robótica: Voltea la carta de dron mostrando su cara cargada.
- Laboratorio: Elimina todas las crías de una sala.
- Comedor: Voltea una carta de táser mostrando su cara cargada.
- Oficina: Voltea una carta de táser mostrando su cara cargada.
- Jardín: Sin efecto.
Las cartas de equipo serán nuestra principal arma para salir ilesos de los terribles encuentros. Todas ellas tienen dos caras, una descargada y otra cargada. Son las siguientes:
- Táser: Supera un punto de resistencia y es acumulativo. Descarta todas las crías de la sala tras superar el encuentro.
- Dron: Supera cualquier valor de resistencia. Descarta las crías de la sala tras el encuentro.
- Escudo: Supera cualquier sala. Las crías permanecen en la sala tras el encuentro. Impide usar la habilidad de la sala.
Como es lógico, el equipo descargado no puede utilizarse. Si queremos hacer uso de él, deberemos recargarlo con las habilidades de sala.
El adaptoide: las cartas de evolución
Las cartas marcadas con el símbolo de «permanente» tienen un efecto permanente y se acumulan. Se dejan encima de la mesa de forma visible. El resto de cartas se resuelven al momento y se descartan.
Evoluciones defensivas:
- Clon: Se coloca en una sala ya jugada por el adaptoide. El clon tiene la misma resistencia que el adaptoide y se descarta al final del siguiente turno. En caso de encuentro con el clon, ignoramos las crías de esa sala.
- Escamas (permanente): +1 de resistencia al adaptoide.
Evoluciones reproductivas:
- Furia (permanente): Se deja en una sala ya jugada. +1 de resistencia a todas las crías de dicha sala.
- Proliferar: Colocamos una cría adicional en una sala ya jugada.
Evoluciones ofensivas:
- Emp: En el próximo turno el genetista no puede usar el táser.
- Destrozar (permanente): Se coloca en una sala ya jugada. El genetista no podrá usar la habilidad de esta sala.
- Intimidar: Eliminamos una carta de la mano del genetista. Permanece bocabajo.
ADAPTOID 24: CONCLUSIONES
Adaptoid 24 nos transportará a una situación extrema como genetista. Nos introducirá de lleno en una batalla por la supervivencia, por las oscuras y silenciosas salas de una misteriosa nave en la que se llevaba a cabo el experimento 24. Uno de esos experimentos que jamás debería haber recibido «luz verde», pero sabemos que los humanos sentimos debilidad por tropezar dos veces (o cientos) con la misma piedra…
Las ansias de poder. Alcanzar unas metas financieras cada día más desorbitadas, y así poder pagarnos la mansión de nuestros sueños. Que nuestro nombre quede inmortalizado en los libros de historia. O, incluso, el miedo a no estar armamentísticamente a la altura de nuestros vecinos… Sólo son algunas de las motivaciones que una y otra vez nos llevan a cometer esos mismos errores. Errores con desenlaces fatales, que acostumbran a causar daños irreparables.
Como adaptoide, nos encontramos inmersos en una desafiante cacería con la presa más escurridiza que hasta ahora hemos encontrado. Cada turno que pase será una oportunidad menos para dar caza a nuestro objetivo. Saboreamos esa sensación de superioridad cada vez que encontremos a nuestra presa. Cada vez que queda terriblemente mermada tras un encontronazo con nuestras crías.
Por descontado, también sentiremos la rabia de ver como ese ratoncito se ha vuelto a comer el trozo de queso. Ése que tan inteligentemente custodiábamos, esperando nuestro momento. Y como no, nos hará impacientarnos y ser más agresivos con nuestra estrategia, con los consiguientes errores que muchas veces conlleva. Veremos por una escotilla como nuestra escurridiza presa consigue escapar de nuestra trampa mortal.
Adaptoid 24 un juego que disfrutamos en una noche terrorífica como la de Halloween. En cualquier época del año. Tiene influencias de Not Alone, pero ha sido desarrollado con un mimo y una maestría que lo convierten en algo muy distinto.
Deja de lado los medidores de rescate y asimilación para centrarse en el simple hecho de salir con vida de cada sala. También, los distintos marcadores, dando paso a unos turnos directos en los que dejarnos llevar por su desafiante atmósfera. Si el adaptoide da con nosotros, y es demasiado para nuestro armamento, se acabó. Los dos son compatibles dentro de la misma estantería.
Al ser un título de tan sólo 2 participantes, como adaptoide te podrás centrar en esa víctima. Se otorga un mayor protagonismo a todo lenguaje no verbal que inconscientemente nos podrá regalar. Las miradas y sonrisas llegan a ser una valiosa pista, ¿o serán una terrible trampa?
El uso del despiste se convierte en ese arma que, a pesar de no encontrarse en la caja, puede ayudarnos increíblemente a conseguir nuestro objetivo. Desde luego, es un juego en el que engañar y saber pillar al otro.
No hay problemas para aprender a jugar, puesto que la mecánica es sencilla. En sus cartas encontramos una intuitiva simbología. Ayuda a identificar las salas de un solo vistazo. Gracias a ella, sólo tendremos que mirar las reglas y el significado de esos símbolos en la primera partida. Esto hace que la experiencia resulte tremendamente inmersiva, evitando salir de la Adaptoid 24 para mirar las reglas una y otra vez. Dota al juego de un gran dinamismo.
El equilibrio entre ataque y defensa es muy bueno. Esto hará que tengamos ganas tanto de ser el fiero cazador como la evasiva presa. En ambos bandos debemos prepararnos bien y mantenernos alerta durante cada partida si queremos hacernos con la victoria. Aplicaremos la concentración para evitar errores. ¿Cómo se me ocurre jugar esa sala si ya no hay posibilidad de capturar a la víctima?
Es uno de esos juegos que evoluciona por sí mismo. La criatura se hace más fuerte. En unas partidas tendrá una resistencia elevada. En otras, sus crías serán verdaderamente fuertes. Por eso, el riesgo aparece en escena.
Adaptoid 24 es un asimétrico altamente rejugable y plagado de toma de decisiones. ¿Usaré el escudo aunque me pierda el efecto de la sala? Implica anticiparse al futuro. Improvisar sobre la marcha bajo una tensión brutal. Todo ello bajo una estética que le sienta como anillo al dedo a la temática, capaz de abstraernos del mundo exterior. Con un genetista mujer. Con un genetista hombre. Esta elección inicial es de agradecer en la búsqueda de la igualdad dentro de los juegos de mesa.
El fin de la huida
Una sala más y lo habré conseguido. Aunque antes no lo imaginara, echo de menos el ensordecedor ruido de las alarmas. Oír como esas criaturas me acechan en cada sala que visito. Como se abren paso a través del metal es demasiado… Pero supongo que gracias a eso sigo viva. Es horrible ser la única que queda. Los adaptoides han terminado con todos.
Parece que he tenido suerte. Sabía que el jardín era seguro, aunque tras nuestros anteriores encuentros no me queda absolutamente nada más. Pero puede que al final esta grabación nunca llegue a ser escuchada. Puede que realmente consiga salir con vida de la maldita Adaptoid 24. No puedo flaquear ahora.
De pronto, un atronador rugido se abre paso ante el quejido de los metales a mi espalda. Era la mamá, y parecía haber crecido unos metros desde nuestro último acercamiento. En ese momento no dudo por ni por un instante y comienzo a correr hacia la puerta. ¡Tengo que conseguirlo! ¡Sólo debo cruzar esa puerta!
A tan solo tres metros de mi libertad, arrojado por la bestia, un enorme montón de chatarra cae interponiendo mi camino a la salvación. Me detengo un instante y siento como el terrible ser lanza su ataque. En un último intento desesperado, me zambullo entre la chatarra, abriéndome paso desesperadamente.
Como si desde el principio hubiera sido algo inevitable, una gran garra carmesí me atraviesa el abdomen poniendo fin a mi huida. No puede ser. Mis sentidos comienzan a nublarse. Mis latidos se vuelven tan ensordecedores como las alarmas que antes inundaban los pasillos para ir abriendo paso a un eterno silencio. La oscuridad se abalanza sobre mí, de la misma forma que anteriormente había absorbido a mis compañeros.
Sus caras pasan por mi mente y una de ellas me hace sentir paradójicamente viva. Miro hacia la salida. Puedo ver la cápsula de emergencia. Se encuentra a tan solo unos metros, pero soy incapaz de moverme.
Entre los últimos atisbos de luz, fugazmente me parece ver como nº4, con lágrimas en los ojos, se dispone a montar en la cápsula de evacuación muy malherido. Mi boca dibuja una última sonrisa sin pedir ningún permiso. Parece que al final no conseguiré salir con vida.
La bestia tira de mí hacia afuera, sacándome de la montaña de escombros. Se toma unos segundos para mirarme, saboreando una merecida victoria. Acto seguido, inicia una salvaje consecución de ataques con varias garras. Logra su cruel objetivo.
<<Suenan alaridos desconsolados entre terribles rugidos, que poco a poco dan paso a un infinito ruido blanco.>>