Desde que supimos que Tranjis Games publicaría Ocio y Decadencia, la segunda expansión de campaña para It’s a Wonderful World, el cuerpo sólo nos pedía esta caja. Y sabemos que no hemos sido los únicos. La larga espera ha llegado a su fin (más por impaciencia que otra cosa). Ya es una realidad.
Una vez en las manos, llama la atención el tamaño de su caja. Más pequeña que la del juego base, pero la más grande de todas las expansiones. Eso es porque su interior iba a estar lleno de contenido. Desprecintamos. Levantamos la tapa. Ahí estáis. Una pequeñas instrucciones se acomodan junto a… ¡Un momento! No podemos desvelarte los componentes. Lo que sí que podemos hacer es contarte qué nos ha parecido tras disfrutar de la campaña en su totalidad. Por supuesto, sin spoilers.
IT’S A WONDERFUL WORLD: OCIO Y DECADENCIA
Ocio y Decadencia es una nueva expansión para It’s a Wonderful World. Precisa del juego básico para poder disfrutarse. Se encuentra disponible desde hace unos días, de la mano de Tranjis Games. ¿Precio? 36,95 euros.
De 1 a 5 participantes, desde los 14 años, volverán a liderar un imperio en un mundo alternativo. En esta ocasión, y como ya ocurriese con Guerra o Paz (la primera expansión de campaña), el autor original une fuerzas. Frédéric Guérard y Benoit Bannier están detrás de esta novedad. El ilustrador no cambia. Anthony Wolff continúa trabajando en la serie, lo que resulta un verdadero lujo para que todo el material esté en armonía.
Como su propio nombre ya anticipa, la trama nos acerca a un escenario en el que, quizás, el ocio y la cultura puedan estar presentes. Sin embargo, grandes dilemas no tardará en salir. ¿Afectará el desarrollo cultural a la producción? ¿La felicidad es un avance, a largo plazo, de los ideales de la productividad? ¿La sociedad se acostumbra rápido al descanso?
Las acciones y las decisiones de los jugadores les llevarán a revelar una serie de acontecimientos. A uno de los dos finales posibles. Y cuando decimos decisiones no nos referimos a una simple votación.
El sistema es tan magistral que combinaremos elecciones personales con aquello que necesitamos en un momento concreto. Es posible que lo segundo influya en lo primero. Que acabemos en un camino que no encaja en nuestros ideales, guiados por un impulso. Por un egoísmo individual. Real como la vida misma, pero no nos adelantemos…
Aunque Ocio y Decadencia es la segunda expansión de campaña, hay más material. No es la segunda expansión como tal. Para que te sitúes cronológicamente, tras el juego original llegó Guerra o Paz. Después, Auge y Corrupción, la segunda expansión (sin campaña, no te líes). Ahora, Ocio y Decadencia.
No es necesario que las tengas todas. De hecho, no hace falta que tengas ninguna. Con el juego básico es suficiente, pero al ver como se hacen alusión a las otras ampliaciones en las propias reglas, resultará imposible no ir a por ellas. Puedes empezar a ampliar el universo de It’s a Wonderful World en el orden que quieras. Sin embargo, por elementos prácticos, lo recomendable sería dejar ésta para el último lugar.
En las instrucciones comprobarás como es compatible con el contenido que hayas desbloqueado de Guerra o Paz y con el que incluye Auge y Corrupción. Se mostrará, en imágenes, la forma de colocarlo todo. ¿Qué significa? Pues que en las cajas anteriores no había indicaciones acerca de Ocio y Decadencia. Es lógico, no existía.
OCIO Y DECADENCIA: UNA PARTIDA
Meterse en la cama con un manual de instrucciones tiene su encanto. Leerás las reglas antes de dormir. Te prepararás para la partida del día siguiente. Con suerte, soñarás con posibles situaciones. Eso sí, pasar directamente a la acción tras pillar la caja también tiene su gracia. Sobre todo, si vamos mal de tiempo entre tantos manuales.
Pues bien, Ocio y Decadencia es de esas cajas que se juegan nada más abrirlas. ¿Pero no habías dicho que traía instrucciones? Sí, trae instrucciones, aunque se limitan a una sola hoja. Las leerás en un minuto. De hecho, es recomendable leerlas en voz alta para que todos tengamos las pautas principales claras.
Tu principal objetivo será juntar a un mismo grupo para una o dos sesiones de juego. Y, por supuesto, llevar el juego básico. La experiencia brilla al máximo si se disfruta con las mismas personas. Es decir, puesto que irás conformando tu zona de juego en base a tus logros y a tus derrotas, lo justo es que seas tú quien continúe en la campaña. ¡Nada de dejarle tu puesto al vecino del quinto, salvo que sea una verdadera emergencia!
Recuerda reglas jugando
Es más que recomendable refrescar las reglas de It’s a Wonderful World. ¿Cómo? Exacto, jugando. Ya sabemos que los nervios por empezar la campaña te pueden, pero imagina que no recuerdas bien una determinada regla. No queremos asustarte, pero ¿y si resulta que te das cuenta de que estabas haciendo algo mal? La sensación no va a ser la misma.
Venga, juega esa partida para recordar. Así, ya tendrás el escenario básico montado. El ansiado momento de abrir la nueva caja ha llegado. Voltea tus cartas de imperio con la cara B (si no lo están) y empieza. Siente. Introdúcete en este extraño mundo. Pelea por tu imperio. Piensa en sus habitantes. Piensa en ti. En tu victoria.
¿Cuánto dura la campaña?
No te desanimes al saber que jugarás toda la campaña con la cara B de imperio. Ya entenderás las razones y quedarás convencido. La duración de la campaña es de cinco escenarios, de un total de seis. Esto es: cinco partidas. Antes de cada una de ellas, tendrás que leer una nueva hoja de instrucciones para saber qué está ocurriendo (ambientación) y para descubrir qué cambia (nuevas mecánicas y componentes). Ninguna supera la hoja de extensión.
Con todo ello, y teniendo en cuenta que Ocio y Decadencia engancha mucho, podrás completar la campaña en una tarde/noche. Siempre y cuando no tengas que madrugar al día siguiente, para poder saborearla con calma. Sin las desafortunadas prisas. En nuestro caso, necesitamos un fin de semana. La empezamos un sábado por la tarde para continuarla por la noche.
Puesto que a eso de las once ya estamos peor que un koala, decidimos dejarla para el domingo. Nos quedaban dos escenarios que completamos durante la mañana. Ya en la tarde, empezamos a sumar el contenido desbloqueado.
Lo mejor de todo es que no estamos ante un Legacy, por lo que es perfectamente rejugable. La sensación no será de haber pagado únicamente por el tiempo de diversión, como también ocurre en los juegos de escape. Perderemos el factor sorpresa en la narración, pero el resto permanecerá intacto.
OCIO Y DECADENCIA: CONCLUSIONES
Un mundo tan rico como el de It’s a Wonderful World ya es complicado que crezca. Al menos, mediante la innovación. Sin embargo, Ocio y Decadencia es la prueba de como con imaginación y un duro trabajo, todo es posible. Crece. Crece muchísimo. Innova. Innova muchísimo.
La campaña nos fascinará de principio a fin. No querremos terminarla nunca, pero a su vez, genera una necesidad de continuarla. Buscaremos el final desde un deseo de quedarnos en el presente para siempre. Desde el principio, Tranjis Games dejó claro que no era un Legacy, sino una campaña. Por tanto, iba a jugar con la línea temporal en la cabeza del jugador. De esa necesidad de viajar al futuro sin querer moverse del tiempo actual.
Los hechos transcurren ordenados cronológicamente. Cinco escenarios. Un principio y un final. Es de esos juegos que te dicen «abre esto». Y ahora, «abre esto otro». Si has jugado a alguno de ellos, ya sabrás qué sensaciones genera en el estómago. Si es tu primera vez, bienvenido a la caja de las emociones constantes. Eso sí, habrá dejado el listón muy alto para tus siguientes incursiones en las campañas.
La gran pregunta es qué hacemos después. Destacamos tres posibilidades, siempre después de haber colocado todo de vuelta en sus respectivos espacios. Por si acaso se queda en la estantería más tiempo de la cuenta.
La primera de ellas es volver a jugar la campaña, de ahí que resulte importante haber guardado todo en su sitio, guiados por la numeración. Si ha pasado un tiempo, el factor sorpresa vuelve a asomarse, por lo que sería un desastre decidir colocar cada componente en su lugar justo en ese momento.
Al rejugar la campaña, si somos los mismos jugadores, podemos obviar el texto de ambientación. Repasaremos las novedades del escenario y a jugar. Querremos a toda costa que nos toque el final que no hemos desbloqueado. Recordemos que hay dos posibles, con sus respectivos componentes…
Eso sí, no es tan fácil. Al fin y al cabo, no es cuestión de tomar una simple decisión, sino de jugar en consecuencia a ella. Podemos querer algo, e ir hacia ese camino aunque no sea lo que más nos convenga. ¿Pero los demás estarán dispuestos a hacer lo mismo? Tal vez, nos cueste unas cuantas repeticiones, pero merecerá la pena.
La segunda posibilidad consiste en, simplemente, quedarnos con los componentes desbloqueados para sumarlos a las partidas a It’s a Wonderful World. Es importante no mezclarlos a nuestro antojo para que todo fluya sin fallos. En las propias instrucciones se deja más que claro qué se puede hacer y qué no. Qué se queda. Qué se va. Fuera problemas.
La tercera opción pasa por ir directamente a un escenario suelto. Al que más nos haya fascinado. Algunos componentes pasan de un escenario a otro, pero otros se van tal y como han venido. ¿Los echamos de menos? Pues vuelta a ese punto.
Debemos tener en cuenta que el esfuerzo se premia. Que una victoria tendrá una recompensa. Por tanto, la asimetría aparecerá en escena muy pronto. Si vamos a jugar a escenarios sueltos, podemos repartir esas ventajas de forma aleatoria o, incluso, de forma equitativa.
Siguiendo con esas ventajas, encontraremos zonas de juego muy distintas de un jugador a otro, como ya ocurriera con Guerra o Paz. Unos tendrán unas cartas; otros dispondrán de otras. El vencedor de la campaña será el que haya ganado en el último escenario. ¿Significa que quien haya vencido en más escenarios lo tendrá fácil para alcanzar la victoria final? En absoluto.
He aquí nuestro caso. Disfrutamos de Ocio y Decadencia a 2 jugadores. Uno de nosotros (no diremos quién) ganó los cuatro primeros escenarios. Se quedó con las mejores ventajas. La victoria del quinto escenario, y final, fue para el que no había ganado ninguno. No disponía de esas ventajas, pero al no ser decisivas, pudo convertirse en el campeón final. Su imperio resurgió.
Este sistema evita por completo las frustraciones. De hecho, anima al ganador a probar nuevas estrategias. Los «perdedores» no se desanimarán. En la batalla final cualquiera puede ganar. Un despiste es suficiente para que caigan estructuras enteras. No tenemos todas esas ventajas, pero al ser más bien pequeñas, no necesitamos grandes milagros para reclamar el trofeo de la victoria.
Lo mejor de todo es que la campaña no resulta monótona, incluso para quienes odian repetir juego en una misma tarde. Todo avanza. Se transforma. El riesgo y las pinceladas de deducción son sólo algunas de las responsables de su alto poder adictivo.
Como acabamos de ver, esta novedad no es un Legacy. Los componentes no se pintan ni se destruyen. Al terminar la campaña, podemos prestarlo a otros grupos. Al contrario de lo que ocurre con las experiencias de escape, no nos limitaremos a ser el anfitrión que prepara el escenario. A ser un mero narrador.
Aunque seamos el único veterano del grupo, podemos jugar sin problemas la campaña con ellos. La disfrutaremos al máximo. Una vez. Dos veces. Tres. Las que haga falta. Nos encantará ver esas zonas asimétricas. Ser testigos de como ese escenario central también crece y evoluciona. Al fin y al cabo, en unos escenarios, todo estará a favor. En otros, todo estará en contra. La expansión del tablero se desarrolla en horizontal, de tal forma que parece no existir un límite. ¡Ojalá nunca terminase de crecer!
Los cambios son grandes. Lo apropiado sería utilizar el término de añadidos porque, por suerte, se cambia poco. La esencia de It’s a Wonderful World permanece intacta. El ‘draft’. Su gestión de recursos. Su ‘set collection’. Todo está ahí, aunque con añadidos que le dan una nueva vida. Una vida entera. No exageramos al decir que algunos de sus componentes nos dejarán con la boca abierta. Nunca esperábamos encontrarlos dentro de esta saga.
Es de destacar la rapidez en la preparación, gracias a unas instrucciones perfectamente explicadas, con ejemplos que están ahí cuando se necesitan. El modo en solitario también queda plasmado a la perfección. No olvidemos que Ocio y Decadencia puede jugarse, en su totalidad, en la intimidad más absoluta.
Esta expansión refleja un universo que ya es inmenso. Que si le añado esto. Que si lo combino con el contenido de esa otra ampliación. Tras Ocio y Decadencia, las partidas a It’s a Wonderful World no volverán a ser las mismas. Serán infinitas. Darán para toda la eternidad. Te invitamos a que no busques vídeos para descubrir el contenido. A que no busques imágenes. Las ansias te pueden. Lo sabemos, nos pasaba igual. Promesa de meñique: la espera merecerá la pena.
Ya no nos conformaremos con el mazo original (y eso que es enorme), sino que querremos esas nuevas cartas que tanto hemos disfrutado. Esos componentes que, además de transformar la mesa, han incorporado atractivas mecánicas. Que nos han sacado la mayor de las sonrisas.
Hay que decir que son de la máxima calidad, acordes con todo el contenido de la serie. En lo que respecta a las ilustraciones, se mantiene la línea. No desentonan con las anteriores, creando un juego totalmente homogéneo. Su ilustrador ha vuelto a fusionar el arte con la temática a las mil maravillas. Con la excelente narración. Hasta hay espacio para los dinos y los reinos de ensueño en mitad de la inmersión.
En su momento, definimos It’s a Wonderful World como el mejor juego publicado por Tranjis Games hasta la fecha. Tras Ocio y Decadencia, sólo podemos reafirmar esta idea. No todas las editoriales dan continuidad a las licencias, por lo que es de agradecer que ésta haya seguido apostando por un juego tan querido por la comunidad. Ya se sabe, una expansión no venderá igual que un juego nuevo, puesto que está enfocada a quienes ya tienen el título original.
Con contenidos como éstos, vuelve a resurgir la llama del amor hacia It’s a Wonderful World. Volvemos a recordar ese flechazo para, ahora, intensificar la atracción. ¿Necesitaba de una expansión de campaña así? No, pero ahora que existe, ya no podemos entender el juego de otro modo.
Te quedarás con un primer encuentro inolvidable y con unos componentes que van mucho más allá de un mero recuerdo de viaje. Por algo insistimos en que no te pongas triste cuando llegue el momento de las despedidas. Todo regresa. Gracias a ellos, habrás aplicado estrategias que no pensabas introducir en It’s a Wonderful World.
Necesitarás de más dosis de atención, puesto que te fijarás aún más en los pequeños detalles de esta sociedad futurista ideal. O intento de ideal. La intención es que no desaproveches ni un solo efecto. Te hará plantearte dónde queda la cultura. Si es posible o no que todos tengamos el suficiente tiempo de ocio para ser felices.
Podrás seguir disfrutándolo entre hasta 5 jugadores, sin esperas, gracias a sus turnos simultáneos. Si te estás planteando dónde quedan esos 7 que permitía Auge y Corrupción, únicamente te diremos que aguantes hasta el final. No podrán jugar tantos a la campaña, pero tal vez, sí que podrán sacar provecho de todo lo que hayamos construido.