El Bosque de Acor es un juego de mesa de colocación de losetas que iniciará, a lo largo de este 2025, una campaña de búsqueda de financiación en Verkami. Para amenizar la espera, y tras probar su prototipo en Cuenca Juega IV, hacemos un repaso por sus mecánicas.
¿EN QUÉ CONSISTE EL BOSQUE DE ACOR?
El Bosque de Acor es una creación de José Manuel Orejas Cámara, conocido en redes sociales como Ilustraciones_Manelo. También se encarga de las ilustraciones. Su prototipo puede probarse en distintas jornadas y eventos.
Puede disfrutarse entre 1 y 6 participantes, desde los 10 años, en retos de 30 a 120 minutos de duración. Siguiendo la mecánica de la colocación de losetas y de la exploración de mazmorras, construiremos un escenario de forma conjunta. Haremos avanzar a nuestro personaje, a la par que intentamos ralentizar a los rivales.
A lo largo de la partida, reuniremos armas y equipamiento para enfrentarnos a los distintos desafíos con los que nos crucemos. No faltan los combates. Acumularemos gemas, jugando al despiste. Ganará el aventurero que tenga la mayor cantidad de puntos.
Lo primero que debemos saber es que cada persona tendrá un personaje, con sus distintas habilidades. Tras preparar el escenario, comenzamos. El turno de cada jugador arranca con la elección de una de las tres losetas visibles.
La toma de decisiones se hace necesaria, ya que si escogemos la segunda, tendremos que dejar una gema en la primera; al elegir la tercera, colocamos una gema en cada una de las otras dos. ¿Estaremos dispuestos a perder gemas por la loseta de nuestros sueños? ¿Nos llevaremos una sólo por las gemas que tenga encima?
A continuación, situamos la loseta en el escenario de tal forma que se respeten las normas de colocación. Encajaremos caminos. Moveremos al personaje propio hasta ella.
Por el camino, podríamos encontrar obstáculos por resolver, con tirada de dados de por medio. Habrá que igualar o superar un determinado valor. Los dados también nos servirán para buscar gemas. Nos toparemos con ataques sorpresa. Atacaremos a criaturas, también con dados. Si vencemos, nos llevamos gemas y equipamiento o armas, a usar en combate.
Las gemas son útiles no sólo para el recuento de puntos, sino para obtener ventajas durante la partida. Con ellas, podremos modificar el valor de los dados o recuperar vidas, eliminándolas tras el pago.
Por su parte, si en el momento de colocar la loseta en el escenario, sus secciones de gemas se unen, también las obtendremos. Al pasar con nuestro personaje por cubos ajenos, pagamos a los demás. ¿Y cómo se ponen esos cubos? Pues al derrotar a las criaturas. Las gemas tienen distinto valor y son secretas para los oponentes, por lo que las mantendremos bocabajo.
El turno finaliza reponiendo el espacio dejado por la loseta elegida. Repetimos la misma mecánica. Al terminar la partida, colocamos nuestra loseta inicial, con su objetivo a cumplir para obtener puntos.
Para el recuento de puntos, tendremos en cuenta las gemas obtenidas y los objetivos completados (por ejemplo, estar lo más lejos posible de la cabaña, haber colocado los cubos o conservar más vidas). Sumamos los puntos provenientes del equipamiento sin utilizar. El utilizado (girado) también otorga puntos, pero tiene un valor menor.
PRIMERAS IMPRESIONES
El Bosque de Acor recurre a unas reglas clásicas, pero que siguen funcionando de maravilla. La colocación de losetas y la exploración de mazmorras, juntas, no van a pasar de moda. Al menos, cuando se asientan en reglas bien ejecutadas. Cuando dan forma a una carrera competitiva. No por llegar a la meta, sino por acumular lo mejor para cuando llegue el final. Una batalla por controlar zonas.
La rejugabilidad infinita es su punto fuerte. Aparece por todas partes. En la obtención de un personaje. En la disposición aleatoria del mazo de losetas. De las gemas. En la loseta inicial que colocaremos al final de partida, a tener muy en cuenta para la puntuación. Con las tiradas de dados para resolver obstáculos y combates.
Esto no significa que todo sea azar. De hecho, es un juego muy sencillo, pero de los que nos llevan a pensar. Cada decisión cuenta, desde la elección de la loseta para el turno hasta si usar o no un arma o equipamiento (recordemos que otorga más puntos si no se utiliza). Todas esas elecciones estarán determinadas, en parte, por la loseta que colocaremos al final. Si cumplimos el objetivo propuesto, nos llevamos un buen puñado de puntos.
En medio de esos quebraderos de cabeza emergen la gestión y el despiste. Vayamos con la gestión. Las gemas son un medio de pago, pero también puntos para el final. Podremos sacrificarlas para obtener esa loseta que tanto queremos. En momentos críticos, para recuperarnos un poco.
Poseen distintos valores y jugaremos con ello. No se devuelve cambio con cada pago, por lo que tampoco conviene deshacerse de todas las gemas con valor 1. Al fin y al cabo, es mejor pagar una gema con el mínimo valor a un rival que tener que darle una de 5. Si hay que perderla, mejor que regrese a la caja que a la zona de un oponente.
Despistaremos con esas gemas, haciendo creer que son lo que no son. O que son lo que son. Todo cuenta. También, con nuestra estrategia. Lo que es válido en una partida, tal vez no lo sea en la siguiente. Las losetas no encajan de la misma forma y el objetivo final también ha cambiado.
El azar de los dados se gestiona, en buena medida, con las armas y el equipamiento. Con las gemas. Si hemos sido previsores, un par de resultados malos no nos frustrarán. El éxito radica en vivir el presente con una mirada puesta en el futuro.
Conviene estar atentos a las jugadas de los rivales. Disponer de una pequeña reserva para hacer frente a los contratiempos. Exprimir la habilidad de nuestro personaje, aprovechando los pequeños toques asimétricos que aportan. A lo mejor nos deja lanzar más dados o disponer de habilidades en combate.
Es posible que haya cambios en la jugabilidad, como es habitual con los prototipos. Sin embargo, tal cual pudimos probarlo, las mecánicas funcionan muy bien. En El Bosque de Acor construimos un escenario conjunto, camino a camino, y aplicamos el riesgo o la precaución. Nos sacrificamos para fortalecernos. Apostamos por el ataque o por una buena defensa. Disfrutamos del factor sorpresa y de los giros inesperados.
Como curiosidad, su autor e ilustrador nos mostró las miniaturas pintadas de los personajes. Aparecen sobre estas líneas. Podrían estar disponibles durante la campaña de búsqueda de financiación.
Las fotografías tomadas para estas primeras impresiones corresponden a su prototipo, por lo que no reflejan un diseño final.