Una necesidad. Así podríamos definir Sherlock Junior: Suriguri, nuevo juego de la serie Q System. Si bien es cierto que los anteriores retos podían ser disfrutados también por niños, éste llega dirigido a ellos. Reseñamos esta propuesta, sin spoilers.
¿EN QUÉ CONSISTE SHERLOCK JUNIOR: SURIGURI?
Sherlock Junior: Suriguri es un juego de cartas cooperativo de 2 a 8 participantes, de 60 minutos, recomendado a partir de los 8 años. Al igual que ocurre con el resto de la serie Q System, sólo puede ser resuelto una vez por grupo.
El fenómeno creado por Josep Izquierdo y Martí Lucas, que hasta ha conseguido convertirse en uno de los juegos recomendados al Spiel des Jahres 2019, continúa con esta experiencia para niños. En esta ocasión, llega de la mano de Eugeni Castaño, autor de Cargolino Valentino, Ticket to Mars, Nubes, Hungry Shark y Gizeh!
Ya está llegando a las tiendas a través de Enigma Studio, siendo una idea original de GDM Games. La editorial vuelve a recurrir a una caja pequeña, del mismo formato que los anteriores juegos, imitando una baraja tradicional. Ya está llegando a las tiendas, a un precio que ronda los 8 euros. Sus ilustraciones son obra de Amelia Sales.
La desaparición de la suricata
17 de abril de 2019. BCN News anuncia la desaparición de Suriguri del zoo, en extrañas circunstancias. La foto que acompaña el artículo muestra a una suricata de rostro sereno, bajo el cartel de «desaparecida».
Será tarea de un grupo de investigadores descubrir su paradero. Tratarán de encontrar al animal, mientras tratan de poner luz al asunto. Averiguar quién se lo llevó y el motivo requerirá de una mente despejada que permita seguir cada pista.
La mecánica de juego
Mirar las cartas puede arruinar la experiencia de juego. Siguiendo esta idea, se localiza la carta inicial para dejarla en el centro de la mesa. Se baraja bien el mazo para repartir tres cartas a cada uno, ocultas ante los demás. Sólo podrán informar a los compañeros, de ahí en adelante, de las partes subrayadas y del texto de las cajas.
Durante su turno, cada jugador podrá bajar una carta al centro de la mesa, leyéndola en voz alta. Permanecerá ahí durante toda la partida, de forma que todos puedan acceder a esa información y exponer teorías. Otra posibilidad es descartarla boca abajo. El turno finaliza robando una nueva carta del mazo.
La partida termina cuando se hayan jugado todas las cartas, siendo necesario que haya, al menos, diez cartas jugadas en el centro de la mesa. Los jugadores comentarán sus teorías, a la par que pueden hablar de las cartas descartadas. Cuando estén listos, abren la parte oculta del manual para responder a diez cuestiones.
Tras resolverlas, comprueban las soluciones. Cada acierto suma dos puntos. Por su parte, y dado que estamos ante un juego infantil, en este caso cada carta descartada se traduce en un punto. Tendrán acceso a un título en base a los puntos conseguidos, atendiendo a la tabla de puntuación. También, a una crónica de lo que realmente ocurrió.
SURIGURI: CONCLUSIONES
A través de una atractiva temática, los más pequeños de la casa pueden disfrutar de la esencia de Q System. Esta serie de juegos, iniciada con Última llamada, La tumba del arqueólogo, Muerte el 4 de julio, Paradero desconocido, 13 Rehenes y Propagación, ya ha dado la vuelta al mundo.
Ante un éxito imparable, GDM Games opta por seguir sorprendiendo a los jugadores con nuevos casos. Sherlock Junior: Suriguri es un nuevo juego de producción propia, creado por uno de los autores más activos del panorama nacional: Eugeni Castaño.
El resultado es una perfecta adaptación del sistema básico, aunque con alguna modificación. Se mantiene la mecánica principal, donde jugar o descartar una carta por turno. Sin embargo, ahora no se restan puntos por haber jugado determinadas cartas. Por su parte, cada una que se descarte, añade un punto.
De esta manera, se eliminan las posibles frustraciones y la presión. Se premia resolver el caso con el menor número de pistas posibles (a partir de diez), pero sin tener que ser unas u otras. Serán los propios jugadores quienes valoren cuáles descartar y cuáles conservar.
La edad de los niños influirá en la forma de jugar, así como su capacidad para deducir. Es probable que los más pequeños descarten menos pistas, al contrario que los más mayores. No hay que preocuparse por ello. La experiencia continuará siendo divertida y repleta de beneficios.
Sherlock Junior: Suriguri puede disfrutarse en casa, al aire libre o a modo de complemento en las aulas. Sus beneficios son múltiples desde la asimilación de sus sencillas reglas. Pondrán en práctica la concentración y la observación, a la par que elaboran un puzle en sus cabezas con las piezas mostradas.
Tendrán que poner orden a las pruebas, mientras relacionan unas con otras y atienden a una cronología de los acontecimientos. La deducción, por descontado, desempeña un papel clave.
La comunicación también está presente durante toda la partida. Permite poner en común las pistas, así como las teorías. Llegados a este punto, tenemos que dejar claro a los participantes lo importante que resulta escuchar las opiniones de los demás. Debatir. Compartir ideas.
Por disparatada que parezca una teoría, jamás debería rechazarse. Podría no ser la solución, pero sí ayudar a seguir un camino correcto. La clave estará en compartir ideas, prestando atención a todos y cada uno de los detalles de las cartas.
La memorización también está presente, al recordar qué se ha descartado (para comentarlo al final) y qué cartas podrían tener los demás, actuando en base a ello. Así, la pequeña Suriguri da forma a un completo título, más que recomendado a los aspirantes a detective y a los amantes del misterio.
La mayoría de las cartas cuentan con texto, que potencia la habilidad en la lectura y la comprensión. Otras incluyen imágenes, ya sea a modo de acompañamiento o como protagonistas absolutas. Se apuesta por un apartado muy visual, de tal forma que los participantes se sientan cómodos en el universo.
Conocer el aspecto de los protagonistas y sospechosos ayuda a crear ambientación, a la par que complementa una información perfectamente estructurada y clara. Su estética es, por tanto, uno de los grandes atractivos (y aliados) del juego.
No estamos ante un reto especialmente complicado, por lo que será la propia experiencia la que marque el nivel. Independientemente de que se haya resuelto o no, los jugadores habrán disfrutado al máximo del juego.
Sherlock Junior: Suriguri cumple con todo lo que un buen juego infantil necesita: diversión y beneficios. Ellos mismos pueden encargarse de preparar la partida, sin ningún problema, aunque la ayuda de un adulto nunca está de más. Éste podría explicarles las reglas y recordarles lo importante que es no mirar las cartas antes de tiempo para no fastidiar la sorpresa.
Volvemos a estar ante un reto que se jugará una vez por grupo, puesto que al conocer la solución del caso, carecería de sentido volver a intentarlo a corto plazo. Por suerte, esta limitación no implica eliminarlo de la estantería.
Sus componentes no se pintan ni se rompen, de ahí que pueda prestarse a otras personas. Bastará con volver a barajar el mazo e introducirlo en la caja. Llegados a este punto, se abren numerosas posibilidades. Podremos prestarlo sin más, pero lo realmente interesante será no desligarse del reto.
Tanto un adulto como un niño pueden ejercer de anfitriones, guiando a otro grupo. Podrán narrarles la historia y ponerles en situación para, después, observar como llegan a determinadas conclusiones. Ésta es una de las partes más entretenidas, puesto que cada equipo actuará de forma muy distinta.
Otra opción es organizar pequeñas competiciones, aplicando la dificultad del tiempo. El equipo que resuelva el caso con la mayor puntuación puede llevarse un pequeño premio, a modo de aliciente. Las opciones son muchas, por lo que el único límite lo marcará la imaginación.
Sherlock Junior: Suriguri es un juego infantil, tanto por su inocente temática como por su baja dificultad. Puede ser una buena forma de introducirse en la serie, independientemente de la edad. Servirá para familiarizarse con la mecánica, a la par que nos dejará con ganas de seguir resolviendo retos.
Practicaremos en nuestra labor como detectives, a la par que asimilamos las consecuencias del riesgo y de la toma de decisiones. En los juegos Q System no hay acción sin consecuencias, por lo que es preciso valorar qué información compartir y cuál descartar.
Mantener el formato de la serie también es un acierto, facilitando la posibilidad del transporte. Se respeta en El legado del Don, otro nuevo reto que se estrena este verano y que reseñaremos en unos días. En este caso, volvemos a estar ante una experiencia para adultos.
COMPONENTES DE JUEGO
- 31 Cartas de Juego
- Carta Inicial
- Carta Resumen
- Instrucciones/Cuestionario/Soluciones
2 thoughts on “Sherlock Junior: Suriguri, un caso para pequeños detectives”
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