Mazmorra de Pícaros: sorpresas entre mecánicas clásicas

Mazmorra de Pícaros

Los elementos clásicos siguen funcionando siempre y cuando su aplicación sea correcta. Lo demuestra Mazmorra de Pícaros, título que reúne a héroes y a enemigos en una misma caja para explorar y combatir.

 

¿QUIÉN ES EL ENEMIGO?

Mazmorra de Pícaros es un juego de mesa de 2 a 4 participantes, en fase de desarrollo. Creado por David Cano, su prototipo puede probarse en distintas jornadas y eventos.

Como su propio nombre indica, nos traslada al interior de una mazmorra, de la mano de valientes héroes. El primer paso es escoger a uno de ellos, con su correspondiente tablero. Cada uno cuenta con distintos valores, atendiendo a su naturaleza.

Mazmorra de Pícaros

Será en estos tableros donde se muestren su fuerza, su inteligencia, su defensa y su destreza. Habrá espacio para el equipamiento, simulando las dos manos, para el inventario y para la mochila, donde guardar los objetos que los héroes encuentren durante la aventura.

El número de jugadores determinará la preparación de la mazmorra. Será en cada turno, donde cada uno disponga de tres puntos de acción, a invertir en distintas posibilidades. Podemos mostrar una loseta y colocarla, atendiendo a las paredes, movernos, correr o robar a otro héroe de la misma loseta.

Entre las opciones, también es posible atacar, descansar, recoger objetos caídos, registrar o enfrentarnos al reto de una loseta, con los valores de habilidad o lucha. Con la incorporación de las losetas, irán apareciendo distintos enemigos, de tres niveles de dificultad.

Goblins, ratas, ninfas, arqueros, esqueletos, orcos e incluso una araña gigante son algunos de ellos. Es posible atacarles, con la suma de los valores del héroe y de su equipamiento, pudiendo aplicar objetos, al resultado del dado. Al perder toda la vida, dejarán atrás objetos caídos, a recoger por cualquier héroe gastando puntos de acción.

David Cano

Una vez que todos los héroes hayan llevado a cabo su turno, llega el de los enemigos. Su nivel determinará el número de movimientos y de ataques. Por su parte, el resultado del dado justificará su comportamiento, atacando al héroe con menor defensa, al que tenga mayor odio o al más cercano, entre otras opciones.

El objetivo es encontrar las llaves. El vendedor será el primero que las reúna o el último que siga en pie cuando los demás no lo hagan. Hacerse con una no implica conservarla para siempre, puesto que los demás podrán robar. Además, los héroes podrán atacarse unos a otros llegado el momento. Al perder todas las vidas, quedamos eliminados de la partida.

 

MAZMORRA DE PÍCAROS: PRIMERAS IMPRESIONES

Como ya hemos visto en alguna ocasión, crear un juego con mecánicas innovadoras es toda una hazaña. Aunque a simple vista no lo parezca, también es muy complicado dar vida a uno que parta de reglas ya conocidas. Supone un desafío en sí mismo.

No basta con quedarse con los mejores elementos de los juegos tradicionales, sino que es preciso darles forma y adaptarlos a lo que se quiere conseguir. El reto llega al conseguir sorprender a los jugadores, por muchos títulos similares que hayan probado. Al desarrollar una apuesta novedosa, capaz de destacar con elementos clásicos.

Mazmorra de Pícaros plasma la esencia que ha marcado a muchos jugadores: mazmorras por explorar, enemigos por derrotar y tesoros que reunir. Su autor consigue hacernos sentir como en casa, entre las paredes de la mazmorra, a la par que nos sorprende con distintos puntos. Son suficientes para que su juego tenga identidad propia.

Los grandes atractivos son la libertad que deja a los participantes para tomar sus propias decisiones, la emoción constante (sin importar el número de partidas que llevemos) y el aumento de la dificultad, de manera progresiva.

juegos de mesa mazmorras

Empezando por esa libertad, estamos ante un juego que nos lleva a gestionar muy bien los tres puntos por turno. Puesto que las posibilidades son enormes, querremos hacer mucho con muy poco. Saber escoger y aprender a renunciar tendrá un gran peso en nuestro camino al éxito.

Ante tantas opciones, las estrategias son numerosas. Podemos avanzar todo lo posible, en busca de las valiosas llaves, confiando en el azar del dado. Ir a por todas, alejarnos con prudencia o huir. Por su parte, es posible fortalecernos un poco, con objetos y equipamiento, antes de empezar con los combates.

Puesto que no hay amigos que valgan, otra posibilidad es ver como los demás avanzan para quedarnos con los objetos que dejan los enemigos o, llegado el momento, robarles todo lo que podamos. Por supuesto, dejarles sin vida es un plan más que válido, puesto que también es una condición de victoria.

Escojamos un recorrido u otro, siempre debemos tener un ojo puesto en el grupo de goblins y otro en nuestros compañeros. No podemos fiarnos de nadie y, para prevenirnos de posibles sustos, también tendremos que atender a su tablero. La deducción se cuela entre las tácticas, puesto que algunas cartas permanecerán de forma secreta.

La emoción, su otro gran atractivo, llega al querer descubrir una loseta tras otra. Son distintas entre sí, con sus tesoros y eventos. Esto nos llevará a arriesgar más de la cuenta en alguna ocasión. El orden aleatorio de las losetas y el hecho de que los jugadores escojan la forma de la mazmorra a medida que se mueven, garantiza la rejugabilidad máxima.

Mazmorra de Pícaros

Los tesoros no siempre estarán en los mismos lugares, ni tampoco los enemigos. Si a esto le sumamos el robo de las cartas, comprobamos como lo que es perfectamente válido en una partida, deja de tener sentido en otra.

Por su parte, el aumento de la dificultad también encantará a los jugadores. A través de un sistema inteligente, los enemigos serán cada vez más poderosos. Esto nos pondrá las pilas. Significará que tendremos que habernos hecho más fuertes si queremos enfrentarnos a ellos o, en su defecto, defendernos.

Después del turno de los héroes, los enemigos hacen de las suyas. El dado no sólo se utilizará como complemento a los ataques, sino para determinar su comportamiento. ¿El resultado? Más situaciones impredecibles, que no siempre se acercan a la justicia. Real como la vida misma.

La recogida de objetos, el equipamiento a una o a dos manos y la comparación entre ataque y defensa son algunos de los puntos que Mazmorra de Pícaros toma prestados. Se combinan con unos enemigos muy bien nivelados y con una unión entre gestión y estrategia.

El azar del dado determina los combates y los comportamientos, aunque no es el protagonista. El jugador tendrá la posibilidad de convertirlo en un mero acompañante si ha sabido fortalecer a su personaje. Así, evitamos las frustraciones propias de las malas tiradas, sin renunciar a esas situaciones imprevisibles en las que no daremos nada por sentado.

La energía acumulable, con la que realizar ataques muy poderosos, o los pasadizos secretos, son sólo dos ejemplos de las sorpresas con las que nos iremos topando. Con todo ello, Mazmorra de Pícaros es el resultado a un trabajo espectacular. Enganchar con uno de los géneros más jugados no es algo fácil, pero este prototipo lo ha conseguido.

Mazmorra de Pícaros

La fórmula sigue funcionando, sin importar lo explotada que esté, siempre que se sepan atar todos los hilos. Su toque no sólo atraerá a los aventureros de las mazmorras, sino a nuevos jugadores. Y éste es otro de sus mejores logros. Con gran frecuencia, este tipo de juegos da muchas cosas por explicadas.

Mazmorra de Pícaros no lo hace. Tiene en cuenta a los aventureros principiantes, que jamás han competido por esta búsqueda de tesoros. Éstos agradecerán sus reglas estructuradas, la lógica visible en todas las acciones y su diseño funcional. Si bien pueden tener demasiadas opciones delante, en un par de partidas todo quedará más que claro.

Esta propuesta pudo probarse en Menteludic. Por el momento, se presenta en forma de prototipo, aunque podría lanzarse próximamente mediante una campaña de búsqueda de financiación. Es posible que su autor transforme muchos aspectos de su temática y ambientación, incluso con un cambio de bandos, pero el trabajo más complicado ya está hecho.

Por si no hubiera suficiente, también cuenta con una modalidad cooperativa. La esencia es la misma aunque, como es lógico, el egoísmo desaparece al no poder eliminar a los otros héroes. Tanto en una posibilidad como en otra, estamos ante un claro ejemplo de juego creado por un jugador con una larga experiencia detrás.

 

Mazmorra de Pícaros es un juego en fase de desarrollo, por lo que las imágenes no corresponden a su diseño final.